El máximo tribunal del estado de Uttarakhand, al norte de India, hizo historia este año cuando reconoció a los ríos Ganges y Yamuna como una entidad viviente ‘con todos los derechos correspondientes, los deberes y las responsabilidades de una persona’.
Ambos ríos están altamente contaminados. Cada día, se calcula que más de mil millones de galones de residuos procedentes de alcantarillas, curtidurías de cuero, inodoros y otros lugares acaban en el Ganges.
El Yamuna, su principal afluente, ha sido contaminado con aguas residuales y desechos industriales y está estancado en algunos lugares. Los expertos dicen que la mayoría de las plantas de tratamiento de aguas residuales cerca de los ríos no están funcionando como deberían.
Los escépticos apuntan que la decisión del tribunal superior no puede detener la descarga de los desechos en el Ganges y Yamuna inmediatamente. Incluso la ambiciosa campaña de limpieza del Primer Ministro de India, Narendra Modi, llamada ‘Namami Gange’ (Pleitesía al Ganges), ha tenido un éxito contradictorio.
Las afirmaciones de que la contaminación industrial se ha disminuido en una tercera parte desde su lanzamiento son cuestionadas por informes de los medios en el terreno.
Algunos expertos han atribuido el fracaso de las campañas oficiales a la negligencia de la gestión de las cuencas fluviales, la falta de gobernanza de los recursos hídricos y la carencia de participación de las comunidades.
Los activistas ambientales señalan que anunciar que el Ganges y el Yamuna son una entidad viviente no es suficiente para salvarlos. Los funcionarios, contaminadores y ciudadanos deben actuar en conjunto para limpiar los ríos y detener la polución.