En este nuevo estudio, publicado en la revista Biology letters de la Royal Society, los expertos explicaron que las madres de esta especie en peligro, cuando tienen ballenatos recién nacidos, emiten señales más débiles que las hembras en gestación. “Esto sugiere que la ballena franca utiliza la disimulación acústica cuando sus bebés son más vulnerables ante la depredación”.
Es decir, esto lo hace durante los tres primeros meses para proteger a sus crías, escriben los autores. Sus observaciones, agregan, son coherentes con estudios realizados en ballenas jorobadas y ballenas francas australes.
“Las señales de menor amplitud podrían disminuir el riesgo de detección (por parte de los depredadores), al mismo tiempo que facilitan la comunicación madre-bebé”, consideran los científicos.
Las señales más débiles serían detectables en un radio de unos 100 metros frente a 1 kilómetro para las señales más fuertes, emitidas de manera habitual.