Las actividades agropecuarias ocupan casi la mitad de la superficie de la Unión Europea y son pilares insustituibles para una alimentación saludable, el equilibrio territorial y la economía.
La Unión Europea trabaja desde hace más de dos décadas en uno de los elementos más preocupantes en la relación entre actividades agropecuarias y calidad ambiental: la contaminación de las aguas.
Un informe de la Comisión Europea dirigido al Consejo y el Parlamento Europeo sobre protección de las aguas contra la contaminación provocada por los nitratos de origen agropecuario destaca que en los últimos años se ha conseguido reducir el problema a escala global pero persisten niveles excesivos de este contaminante en una parte importante de las aguas superficiales y subterráneas de la Unión Europea.
Los datos analizados en este informe indican que, en el período 2012-2015, el 13,2% de las estaciones de muestreo de la calidad del agua presentaban niveles de nitratos por encima de los 50 miligramos por litro (mg/l), concentración máxima permitida por la directiva europea en vigor desde 1991. No obstante, estos resultados son ligeramente mejores a los registrados en el 2008-2011, cuando el exceso de nitratos afectó al 14,4% de las estaciones.