En Cerro Colorado donde encontraron un entorno funerario con restos óseos y elementos vinculados a la actividad social
Cerro Colorado del norte de Córdoba representa el principal sitio arqueológico de la provincia y uno de los paisajes rupestres más significativos a nivel sudamericano, con más de cien aleros rocosos y cuevas que conservan miles de imágenes pintadas.
El Estado provincial, por intermedio de su Dirección de Patrimonio Histórico, dispuso un estudio de impacto arqueológico que fue conducido por investigadores del Conicet.
Los análisis se realizaron sobre un trazado de casi 50km por donde pasará el gasoducto troncal, permitieron designar un segmento de 300 metros de extensión en el centro del poblado actual como área de mayor riesgo arqueológico.
Los antecedentes disponibles permitían definirla como un antiguo espacio de carácter público, a partir de la presencia de un mortero colectivo, residuos de actividades de procesamiento y consumo de alimentos, fragmentos relacionados con la elaboración de adornos de caracol y entierros humanos.
Se dispuso que el zanjeo no se realizara por medios mecánicos sino manuales, con un monitoreo permanente por parte de arqueólogos. De este modo, además de diversos artefactos vinculados con las tareas realizadas en el lugar en tiempos previos a la conquista española, se detectó un notable entorno funerario formado por 16 puntos de entierro. La posterior excavación arqueológica permitió rescatar inhumaciones primarias y secundarias (con restos óseos desarticulados), pertenecientes a numerosas personas, con un número mínimo de individuos aún no establecido pero que se estima entre 70 y 80.