Las autoridades estatales y federales dijeron que el acuerdo utilizó disposiciones de la Ley de Especies Amenazadas para clasificar al bisonte como una “población experimental no esencial” en Alaska – lo que supone que su protección no impedirá el desarrollo de la región, incluida la extracción de petróleo o la minería. El animal está catalogado como amenazado.
La población estará vigilada por agentes de la vida salvaje de Alaska, dijeron los funcionarios el jueves en una rueda de prensa.
El bisonte de bosque, más grande que el de las llanuras, vivió en el pasado en las regiones boreales de Canadá y el noroeste de Alaska. A principios de 1800, la población pudo haber sido de 160.000 ejemplares en Canadá, según el Servicio de Pesca y Vida Salvaje.
Pero la pérdida de hábitat y otros problemas pasaron factura. Para finales de 1800, solo quedaban unos pocos cientos en Canadá, según el servicio. En Alaska, el bisonte salvaje había desaparecido a principios del siglo XX, por razones aún no claras para los científicos.
Por ahora, el bisonte de bosque en Alaska están en el Centro de Conservación de la Vida Salvaje de Alaska, un refugio en la comunidad de Portage, al sur de Anchorage. Esa manada comenzó con una docena de animales traídos de Canadá y ahora el número es de unos 130.
Los animales cautivos serán trasladados en avión a lo largo del tiempo a la región de destino, y al principio se mantendrán en zonas cercadas, para que poco a poco se vayan aclimatando a la vida en el paisaje”.
Las autoridades canadienses han reconstruido su población salvaje de estos bisontes a unos 9.000, mientras que su reintroducción en Alaska se ha estancando por las quejas de que la protección de animales limitaría las prospecciones de gas y petróleo, la minería y otros desarrollos, dijo Vincent-Lang.