Hace casi un milenio, en torno al año 1.110, se produjo un gran trastorno en la atmósfera de la Tierra. Una nube gigante de partículas ricas en azufre fluyó por toda la estratosfera, oscureciendo los cielos durante meses o incluso años, antes de caer finalmente al planeta.
Sabemos que este evento ocurrió porque los investigadores han perforado y analizado núcleos de hielo, muestras tomadas de las profundidades de las capas de hielo o los glaciares, que han atrapado los aerosoles de azufre producidos por las erupciones volcánicas que alcanzan la estratosfera y se asientan en la superficie.
En este caso, los científicos siempre asumieron que el depósito de sulfuro fue dejado por una gran erupción desatada en 1.104 por el Hekla de Islandia, un volcán llamado ‘Puerta del Infierno’.
Sin embargo, una nueva investigación dirigida por el paleoclimatólogo Sébastien Guillet de la Universidad de Ginebra en Suiza, sugiere que Hekla pudo no haber sido el culpable de la señal gigante de sulfato después de todo, según ‘Science Alert’.
“Un descubrimiento destacado que surge de nuestra datación revisada del núcleo de hielo es una señal volcánica bipolar importante y hasta ahora no reconocida con deposición de sulfato que comienza a fines de 1.108 o principios de 1.109 y persiste hasta principios de 1.113 en el registro de Groenlandia”, explican Guillet y sus coautores.
Registros de eclipses lunares extraños
Para investigar qué podría haber sido responsable de dejar estas huellas antiguas tanto en la cima como en el fondo del mundo, el equipo revisó la documentación histórica, buscando registros medievales de eclipses lunares extraños y de aspecto oscuro que pudieran corresponder a la bruma estratosférica de los principales eventos eruptivos.
“Los espectaculares fenómenos ópticos atmosféricos asociados con los aerosoles volcánicos a gran altitud han llamado la atención de los cronistas desde la antigüedad.
En particular, el brillo reportado de los eclipses lunares puede emplearse tanto para detectar aerosoles volcánicos en la estratosfera como para cuantificar las profundidades ópticas estratosféricas después de grandes erupciones”, argumentan.
Según los registros de la NASA basados en retrocalculación astronómica, siete eclipses lunares totales habrían sido observables en Europa en los primeros 20 años del último milenio, entre 1.100 y 1.120.
Un testigo de un eclipse lunar que ocurrió en mayo de 1110 escribió sobre la excepcional oscuridad de la Luna durante el fenómeno.
“En la quinta noche del mes de mayo apareció la Luna brillando por la noche, y luego, poco a poco, su luz disminuyó, de modo que, tan pronto como llegó la noche, se extinguió por completo, ni la luz, ni orbe, ni se vio nada en absoluto “, escribió un observador en el Peterborough Chronicle.
Desde entonces, muchos astrónomos han discutido este misterioso e inusualmente oscuro eclipse lunar.
Siglos después de que ocurriera, el astrónomo inglés Georges Frederick Chambers escribió al respecto, diciendo : “Es evidente que este eclipse fue una instancia de un eclipse ‘negro’ cuando la Luna se vuelve bastante invisible en lugar de brillar con el familiar tono cobrizo”.
A pesar de que el evento es conocido en la historia de la astronomía, los investigadores nunca han sugerido que podría haber sido causado por la presencia de aerosoles volcánicos en la estratosfera, aunque esa es la causa más probable, sugiere el nuevo estudio.
“Observamos que no se pudo encontrar ninguna otra evidencia de velo de polvo volcánico, como una oscurecimiento del Sol, resplandores rojos crepusculares y/o halos solares rojizos, durante nuestras investigaciones durante los años 1.108-1.110”, escriben los investigadores .
El Monte Asama, en Japón, sería el responsble de la nube de azufre
Si el momento es correcto, ¿qué volcán fue responsable de la nube de azufre, si dejamos Hekla fuera de la ecuación?
Aunque es imposible saberlo con certeza, el equipo cree que la explicación más probable es el Monte Asama de Japón, que produjo una erupción gigante de meses en el año 1.108, significativamente mayor que una erupción posterior en 1.783 que mató a más de 1.400 personas.
Una entrada del diario registrada por un estadista describe el evento de 1.108 : “Hubo un incendio en la parte superior del volcán, una gruesa capa de cenizas en el jardín del gobernador, en todas partes los campos y los arrozales se volvieron no aptos para el cultivo. Nunca vimos eso en el país. Es algo muy extraño y raro “.