El Comité Científico de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) pudo determinar que la empresa Botnia-UPM trabaja en su planta con endosulfán -pese a su uso está prohibido en 60 países, incluído Uruguay- y que, a su vez, lo arroja al río.
La información fue confirmada por fuentes uruguayas. La contaminación de las muestras de agua fueron confirmadas por científicos de Canadá en los últimos días. El endosulfán es un insecticida y está considerado altamente tóxico.
Los resultados del laboratorio canadiense fueron contundentes: las muestras contenían 1,67 ng/L de Endosulfán sulfato y 0,68 μg/L de Metoxicloro. O sea, ambas sustancias tóxicas.
El Endosulfán Sulfato es la degradación del Endosulfán, insecticida y acaricida organoclorado de alto riesgo, por ser un disruptor endocrino altamente tóxico en forma aguda, incluido entre las sustancias químicas, que actualmente se reconocen como persistentes y bioacumulables.
Estos contaminantes pueden causar efectos negativos al ambiente, incluida la salud humana, y que el Convenio de Estocolmo en la Quinta Conferencia de las Partes, celebrada en Ginebra, del 25 al 29 de abril de 2011, como parte de la lista de contaminantes cuya producción y uso se debe eliminar.
La Delegación Argentina ante la CARU propuso formalmente que la Comisión Administradora del Río Uruguay “se comunique a la República Oriental del Uruguay, de la grave situación detectada por el Comité Científico de la CARU”, a fin de que el gobierno de Mujica “adopte las medidas pertinentes en cumplimiento del Estatuto del Río Uruguay”.
A su vez, se pidió que “una vez aplicadas las medidas correctivas ajustadas a la normativa de la República Oriental del Uruguay, las mismas sean comunicadas a la Comisión Administradora del Río Uruguay”.