Una de cada cuatro personas en el mundo sigue sin acceso a agua potable, la mitad de la población global no dispone de baños con sistema de saneamiento adecuado, y las lentas mejoras no impedirán que miles de millones sigan teniendo estas carencias a finales de esta década, denuncia Naciones Unidas.
Un nuevo informe sobre agua, saneamiento e higiene elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) advierte que no se va a conseguir el objetivo de universalizar estas necesidades básicas en 2030, uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por la ONU.
El estudio muestra que 2.000 millones de personas, una de cada cuatro, carecen de un suministro de agua seguro, la mitad (3.600 millones) no tienen servicios con tratamiento de residuos, y un tercio (2.300 millones) no tiene acceso a instalaciones de higiene básica.
Esto último hizo que en 2020, el año en el que comenzó la pandemia y en el que la higiene de manos fue considerada una de las herramientas clave para prevenir infecciones, tres de cada 10 personas no pudieran siquiera lavárselas con agua y jabón.
La higiene, fundamental para frenar futuras pandemias
“Invertir en agua, servicios de saneamiento y de higiene, debe convertirse en una prioridad global si queremos terminar con esta pandemia y construir sistemas sanitarios más fuertes”, señaló hoy, al presentarse el informe, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
El acceso a estos servicios básicos está progresando en el mundo, pero a un ritmo excesivamente lento, denuncian la OMS y UNICEF, que estiman que el porcentaje de personas con estas carencias sólo disminuye un punto porcentual anual.
Si continúa esa pauta, en 2030, año clave para medir si los objetivos de desarrollo de Naciones Unidas se han cumplido, todavía habrá 1.600 millones de personas sin agua potable y 1.900 millones sin instalaciones higiénicas (una de cada cinco), mientras un tercio del total, 2.800 millones, carecerán de servicios sanitarios básicos.
Dadas estas previsiones, las agencias de Naciones Unidas hicieron hoy un llamamiento a acelerar la implantación de estos servicios básicos en zonas donde aún no los tienen, que debe hacerse a un ritmo cuatro veces mayor del actual si el mundo quiere acercarse a los objetivos para 2030.
“Es el momento de acelerar dramáticamente nuestros esfuerzos para facilitar que cada niño, cada familia, tenga cubiertas sus necesidades más básicas en materia de salud y bienestar, lo que incluye protegerles de enfermedades infecciosas como la COVID-19”, subrayó la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore.
Progresos demasiado lentos
“No estábamos progresando suficientemente rápido”, advierte el informe, que señala que el esfuerzo aún debe incrementarse más en las economías menos desarrolladas y ser hasta 10 veces mayor al actualmente llevado a cabo.
El informe destaca por otro lado que un 80 % de las personas que carecen de estos servicios básicos viven en zonas rurales.
El África Subsahariana es la región con mayores carencias, ya que sólo un 54 % de su población tiene acceso a agua potable, porcentaje que baja al 25 % en zonas que la ONU denomina “contextos frágiles”, tales como áreas en conflicto.