El fenómeno iba a suceder dentro de 100 años pero se adelantó: en el Delta del Río de la Plata, a la altura de San Isidro, emergieron tres nuevas islas con matorrales habitados por más de 150 especies de aves, carpinchos, peces y ranitas, entre otros animales típicos de los humedales ricos en biodiversidad. “Islas Distintas”: así fue bautizado el conjunto de islotes por los alumnos de escuelas públicas y privadas del partido luego de un concurso organizado por el municipio.
Un recorrido por la zona en una lancha del municipio. La partida fue desde la Prefectura y se navegó a través del área de confluencia de los canales San Antonio y Luján. En la travesía se pudo apreciar la existencia de una isla grande, y junto a ella dos más pequeñas. La idea de lanzar un certamen para designar a estas formaciones surgió cuando el Servicio de Hidrografía Naval exigió que, debido a su tamaño alcanzado, se les pusiera un nombre para ser marcadas en los mapas náuticos. Los elegidos para las primeras y únicas islas de San Isidro son: Juncal, La Esperanza y La Esperada. En estos días, los chicos participantes del proyecto las visitarán por primera vez.
A unos diez minutos de travesía, primero se divisó el islote más reciente, donde aún no ha crecido mucha vegetación. Ahí solo se observan juncos y bancos de arena. Por eso fue llamada Juncal (la isla 3 en el mapa). “En el verano era pura arena y ahora hay juncos. Pero dentro de pocos años tendrá árboles y se podrá hacer ecoturismo”, explica durante el trayecto la subdirectora de Ecología y Conservación de la Biodiversidad de San Isidro, Bárbara Gasparri.
Esto es así debido a que cuando crezcan árboles le otorgarán a la incipiente isla otro tipo de estructura, más sólida. Pero además atraerán bichos que anidarán en sus troncos y ramas, tal como ya sucede en las otras islas que tienen más años, agregó. En ese sentido se observan en los postes del municipio caranchos y chimangos que los usan como “perchas”. Cuando crezcan árboles van a abandonar esos postes y se posarán en las nuevas ramas y troncos.
La escuela Municipal Malvinas Argentinas y el colegio Todos los Santos coincidieron con el nombre de Juncal. Fueron algunos de los ganadores del certamen realizado del que participaron 1900 alumnos de 87 cursos. Eligieron llamarla de ese modo luego de ver un video que se pasó en todas las instituciones donde se mostró el origen y la importancia de estos nuevos ecosistemas. El objetivo es alejar todo tipo de especulación inmobiliaria alrededor de las nuevas islas, explica el video.
Durante el trayecto —que duró una hora aproximadamente—, al salir a río abierto se pasó junto a la costa de La Esperanza (en el mapa la 2) que es la más grande, con una dimensión de unas cuatro hectáreas. Surgió hace unos diez años y es espacio compartido con el Municipio de Tigre. Finalmente la lancha ancló en el único muelle de las islas: es la denominada La Esperada (la 1, en el mapa), que surgió a fines de los 90 y es la más antigua de las tres. Posee un mirador donde observar el matorral, el rojo de los ceibos y las coloridas flores silvestres, mientras que se escucha el sonido de gran cantidad de aves e insectos.
Entre la fauna que se puede encontrar en los islotes, especialmente a primera y última hora, están, además de los ya mencionados, el lobito del río, coipos y tortugas. En cuanto a las aves se destacan los chajás, patos, macás y garzas de diferentes variedades. Además, hay más de 50 especies de árboles; el sauce y el ceibo son los más característicos. “Pero, en algunos años, estas cifras de flora y fauna llegarán a duplicarse”, adelantó Gasparri.
Decisión unánime
Por unanimidad el jurado eligió que el nombre del conjunto de islas fuera “Islas Distintas”.
Fue una propuesta de la Escuela de Educación Secundaria Nº 1. La norte fue bautizada como La Esperada, por sugerencia del Colegio Leonardo Da Vinci y La Esperanza, fue también una idea de ese colegio. Todos ellos debieron explicar el por qué de su elección, luego evaluada por un jurado presidido por la subsecretaria general de Cultura del Municipio, Eleonora Jaureguiberry y conformado por Gasparri; la directora general de Educación del Municipio, Marisol Reigosa; el cartógrafo de la Unión de Entidades Náuticas, Alejandro Kalfayán; el deportista Olímpico de actividades náuticas, Bautista Saubidet.
El certamen no solo buscó bautizar a las islas, sino también concientizar a los vecinos respecto del cuidado del ambiente e incentivar a que los jóvenes se conviertan en promotores de hábitos sustentables. Por su gran biodiversidad la Legislatura bonaerense, con el apoyo del municipio, declaró al conjunto como Reservas Naturales Integrales.
¿Pero cómo es que llegan a formarse las islas en determinados sectores del Delta, cuando en otros se observa cómo se rellena la costa con arena? Según el cartógrafo Kalfayán, los ríos a lo largo de sus recorridos van arrastrando pequeñas partículas de sedimentos que se encuentran en el lecho y en las riberas. Cuando llegan a su desembocadura, la velocidad del agua disminuye y los sedimentos tienden a irse al fondo. Se forman así bancos de sedimentos que van creciendo continuamente. “Estas zonas de desembocadura donde se acumulan sedimentos se llaman deltas, y luego de varios siglos o miles de años, llegan a formar islas”, explica el cartógrafo.
En 1996 se aprobó una ley donde se establecía que pertenecen a San Isidro las Islas de la Primera Sección ubicadas frente a la ribera del Río de la Plata, entre la línea determinada por la proyección de la calle Uruguay y Paraná. “Este es el último lugar del Delta bonaerense mirando hacia la ciudad de Buenos Aires. Lo defendemos por ser propiedad de los vecinos de la provincia de Buenos Aires y lo declaramos como Reserva Natural para que puedan disfrutarlo esta y las siguientes generaciones”, explicó el Intendente Gustavo Posse, impulsor de esa ley cuando era diputado.
En San Isidro hay varias áreas protegidas: dos costeras y dos en la barranca, a las que ahora se suman estas islas. En un futuro próximo, tal como sucede en el Parque Municipal Ribera Norte, la gente podrá recorrer y visitar Islas Distintas con guías locales. El objetivo de los espacios protegidos es mejorar también la calidad del aire y el agua: “Queremos conservar este humedal naturalmente. Es un ambiente híper sensible y al ser Reserva Natural implica que actúe como esponja. Cuando vengan crecidas y grandes temporales lluvia, esto va a amortiguar los efectos que produce, y a la vez, mejorará la calidad del aire y el agua”, adelantó Gasparri.