Daniel Herrero, presidente de Toyota Argentina, sorprende. “En abril, vamos a estar vendiendo monopatines y bicicletas elĂ©ctricas”, anuncia. “Fabricados acá y tenemos asegurado, tambiĂ©n, el canal de exportaciĂłn”, avanza. Cuenta que, salvo por alguna experiencia previa con bicicletas de Lexus, la marca premium del grupo, son desarrollos inĂ©ditos en la historia de la automotriz japonesa.
“ÂżPor quĂ© lo hacemos? Nos estamos diversificando. Es parte del servicio de movilidad que queremos tener disponible para Kinto: se podrán alquilar o comprar en nuestros concesionarios”, explica. Kinto es la unidad de car sharing de la empresa. Si bien el servicio habĂa sido lanzado antes, funciona en el paĂs con esa marca global hace algo menos de dos años.
“Es parte del concepto de lo que viene. La responsabilidad social y la economĂa circular tienen que ser parte de las empresas; la gente es cada vez más proclive a fomentar la relaciĂłn emocional con las compañĂas que hacen lo que considera que tienen que hacer”, argumenta. “Además, las automotrices nos estamos convirtiendo en proveedoras de soluciones sustentables de movilidad”, apunta. “Hay que hacer de todo para sobrevivir”, remata.
Sorprende Toyota. Siempre. Percibida -en especial, desde despachos oficiales- como el ejemplo a seguir para la industria automotriz argentina, a fines de marzo, celebró los 25 años desde que inauguró su planta de Zárate.
ArrancĂł con 400 personas, que hicieron 10.000 unidades de la vieja Hilux. Un cuarto de siglo despuĂ©s, con un plantel actual de 7000 empleados, acumulĂł desde entonces más de 1,6 millones de vehĂculos producidos y u$s 2500 millones en inversiones. CerrĂł 2021 con 142.525 unidades fabricadas. EnviĂł el 80% a 23 paĂses de AmĂ©rica latina. El volumen no sĂłlo le valiĂł ser el mayor productor y exportador de vehĂculos de la Argentina por sexto año consecutivo.
MarcĂł, tambiĂ©n, un rĂ©cord histĂłrico, por encima, incluso, de las 140.000 que marcan la capacidad de la planta. Capacidad que, este año, quedará en sĂłlo teĂłrica: Toyota proyecta fabricar 167.000 unidades. Su CEO -hombre más proclive a pisar el acelerador que el freno- no se queda conforme con ese nĂşmero. “Como siempre, quiero ver cĂłmo puedo llegar a las 170.000”, dice, en la recta final, además, a un sueño cada vez más cercano: la Hilux elĂ©ctrica hecha en la Argentina.