En La Pampa siguen criticando a las políticas que aplica Mendoza. Según publicó el diario La Arena, el “posicionamiento histórico” de los gobiernos mendocinos respecto al tema ambiental hizo que la pavimentación de la Ruta 145, concretada en 2015 en Malargüe, tuviera “devastadoras consecuencias para la existencia de un pequeño anfibio autóctono”, la rana pehuenche.
Es otro capítulo en una saga de cuestionamientos que ya ocupa kilómetros de tinta. Con tono encendido, el medio pampeano salió en defensa del animal (cuyo nombre científico es alsodes pehuenche); y apuntó que en la Argentina esa especie se encuentra únicamente en los arroyos del Valle del Pehuenche, en tierras malargüinas.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, de hecho, ha colocado a estas ranas en la “lista roja” de especies en peligro de extinción. Y esto es en parte, según La Arena, “por culpa de la política antiecológica del gobierno mendocino”.
Imposible no asociar estas críticas con el clima virulento que se vive hace años a partir de las quejas de La Pampa respecto a la utilización de los caudales que hace Mendoza y, en especial, alrededor de la debatida construcción de la represa Portezuelo del Viento.
Dato extra: los ejecutivos provinciales pertenecen a distinto signo político. En Mendoza gobierna Rodolfo Suarez (UCR) y en La Pampa Sergio Raúl Ziliotto (PJ).
El último croar de la rana pehuenche
La rana parece tener una vida un poco más feliz del lado chileno, donde su hábitat está más extendido. Pero en territorio argentino se la encuentra en un área muy reducida, de unos pocos kilómetros, donde en 2008 se estimó que sobrevivían unos 500 ejemplares. Se aloja en puntos muy específicos, arroyos y pozos de agua dulce provenientes de deshielo, en tierras de altura.
Y su diversidad genética es pequeña, lo que indica una clara dependencia de ese entorno, ya que los ejemplares no pueden adaptarse a otras circunstancias. Si a eso se le suma la pavimentación de la RN 145 y el incremento del tránsito, es posible que la población del anfibio haya descendido.
“Estos son los motivos principales por los cuales la rana se encuentra amenazada, sin mencionar el evidente desinterés del gobierno mendocino de estipularle una zona protegida. Es preciso recordar que Mendoza es la única provincia argentina que no tiene Parques Nacionales”, disparó el enigmático redactor de La Arena.
Para el colega del sur, la construcción de la RN 145 implicó desviar arroyos, destruyendo el entorno en el que la alsodes pehuenche brincó y se reprodujo con entusiasmo durante millones de años.
La Pampa acusa
En la misma tónica, el artículo subrayó que la circulación de gente entre las piedras donde habita la rana, más el hecho de que el asfalto funciona como una suerte de “cordón que ocasiona la muerte de los adultos que intentan cruzar la ruta” -al estilo del viejo videojuego “Froggy”- ponen a estos animalitos al límite de la desaparición.
“El turismo de montaña y escalada deportiva en la zona han impulsado la instalación de edificios y domos a pocos metros de los arroyos donde están las ranas, los cuales se han construido en consonancia con una larga tradición mendocina: sin la realización de estudios ambientales previos”, acusó el texto de La Arena.
Por estos pagos, algunos cínicos respondieron a esa nota con ironía y señalaron que el estilo pampeano para hacer rutas es más amigable con el planeta: “en lugar de asfaltar, prefieren dejar que el camino se caiga a pedazos”.