¿Te podrías imaginar una casa de paja? Pues sí, son una forma novedosa y ecológica de construir y también son más económicas, saludables y eficientes. La demanda de viviendas construidas con este material ha ido en aumento desde el comienzo de la pandemia del coronavirus.
Ana y su marido son uno de los ejemplo de personas que han apostado por una vivienda de paja y han pasado de pagar 300 euros de calefacción al mes a “en todo el invierno nos hemos gastado 130 euros”. Se trata de casas que, a simple vista, parecen una vivienda normal pero esta, por ejemplo, no lleva hormigón: “generalmente, aunque no siempre utilizamos algún tipo de estructura de madera” explica el arquitecto Arnau Bujons.
Cada vez son más los que optan por este tipo de casas
Estas son unas construcciones que cada vez han ganado más seguidores, como es el caso de Marta que se mudó a Teruel para construir su hotel rural de paja revestido de barro por dentro. Entre las ventajas de las casas hechas con paja está el aislamiento térmico que permite ahorrar en calefacción y refrigeración, que son mucho más asequibles económicamente y, sobre todo, que son más resistentes en caso de incendio. “La pala de paja está compactada y de alta densidad entre los muros, con lo que al final no hay oxígeno para que pueda prender la llama” explica Bujons.
Las de paja son casas que están en auge por su sostenibilidad y resistencia, sin duda, y porque en estos momentos son la alternativa y la novedad.
Aunque seguro que muchos no se lo habrían imaginado nunca, las casas de paja son una realidad y en la época en la que vivimos con una subida constante de precios, probablemente, una opción bastante viable para tener una vida, además, algo más tranquila.