El presidente de la ONG “Voy en Bici Argentina”, Julio Antuñano, busca que las bicicletas sin uso que se encuentran rotas u olvidadas en un garage vuelvan a rodar entre distintos colectivos sociales como comedores, cárceles y centros de rehabilitación.
Se trata una segunda oportunidad para esas bicicletas y una manera de fomentar la economía circular. El “Banco de Bicicletas” no las regala, ya que desde la organización indicaron que consideran que “la dádiva es una humillación”. Es por eso que las prestan con un fin social: el rodado debe ser utilizado para trabajar o para que la persona se traslade a su trabajo.
Una vez que ya no necesita la bicicleta, deben devolverla para que esté disponible para otra persona que la necesite.
“En los comedores y merenderos que las entregamos llevan una planilla donde están todos los datos de quien la solicitó y el motivo por lo que lo hizo, explicó Antuñano.
Antuñano indicó que también enseñan a arreglar las bicicletas: “Realizamos cursos en cárceles para que jóvenes que están a punto de salir lo vean como un oficio posible, también cursos exprés para que las personas que las utilizan puedan resolver una pinchadura o aceitar una cadena”.
En una economía maltratada, indicaron, el arreglo de una bicicleta puede ser motivo de su abandono. Por eso desde la fundación se busca que quien la usa pueda repararla de manera parcial o total.