La especie Anolis proboscis, conocido vulgarmente como lagarto pinocho, se dio por extinguida hace más de 50 años. Ahora ha sido redescubierta en la selva de Mindo (al noreste de Ecuador).
Después de una búsqueda que ha durado tres años, un grupo de investigadores han encontrado ejemplares de esta especie en esta selva tropical.
Recibe este nombre por su parecido con la conocida marioneta de Carlo Collodi famosa en todo el mundo por la película de Disney; aunque también nos recuerda poderosamente a los rinocerontes.
La especie fue descubierta en 1953 y catalogada en 1956. Desde 1960 no se observó ningún ejemplar hasta que en 2005 un ornitólogo vio uno en un cruce de carreteras. El segundo avistamiento se produjo en 2010 cuando Jonathan Losos, herpetólogo de la Universidad de Harvard, realizaba un trabajo de campo.
Su coloración lo camufla entre la vegetación de la selva de forma muy eficaz. Los científicos han buscado en esta ocasión a estos esquivos lagartos durante la noche, cuando su color es más pálido y son menos ágiles para huir. Al iluminarlos con luz delatan su presencia con mayor facilidad.
Uno de los investigadores encontró un ejemplar sobre una rama en un arroyo en enero de 2013. El equipo permaneció en el lugar toda la noche hasta que ha conseguido fotografiarlo en su hábitat natural.
Esta búsqueda está motivada por el interés científico y porque el lagarto pinocho es el último que necesitaban para completar una guía de anfibios y reptiles del mundo.
Anolis proboscis sólo ha sido observada en cuatro ocasiones, siempre en lugares próximos de un corto tramo de carretera. Se cree que la nariz del lagarto es un reclamo sexual de los machos. Se ha descartado que usen su nariz para luchar con otros machos porque es muy flexible.