10 curiosidades sobre los caballitos de mar

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Tienen una cabeza de caballo, unos ojos de camaleón y una bolsa incubatriz parecida a la de un canguro. Los caballitos de mar parecen ser una mezcla de distintos animales, pero su mayor peculiaridad quizá sea su manera de reproducirse: son los machos, y no las hembras, las que dan a luz. Descubrimos algunas otras curiosidades de estos característicos peces.

La mayoría son monógamos

La mayoría de los caballitos de mar son fieles a una única pareja y mueren de amor, aunque algunas especies son polígamas y cambian de pareja de un ciclo reproductivo al siguiente. La búsqueda de pareja puede ser difícil y arriesgada, ya que los caballitos de mar son malos nadadores, se encuentran en bajas densidades y dependen del camuflaje para esconderse de los depredadores. Las parejas monógamas tienen más tiempo para procrear durante una misma temporada de apareamiento, lo que redunda en un mayor éxito reproductivo.

Son los machos, y no las hembras las que dan a luz

Una de las particularidades de estos animales es que son los machos, y no las hembras, quienes dan a luz. Durante la época de apareamiento, la hembra deposita sus huevos en la bolsa y el macho los fecunda. Se trata de un rasgo evolutivo exclusivo de los caballitos de mar. El macho inicia el parto con una serie de contracciones y expulsa al mar entre decenas y miles de crías. Tras unas dos semanas de desarrollo, nacerán los alevines, listos para nadar libremente y explorar el mundo marino. Muchos de ellos, sin embargo, no alcanzarán la edad adulta.

Tiene placas óseas en lugar de escamas

El caballito de mar tiene placas óseas en lugar de escamas, y no tiene estómago para almacenar alimentos, con lo que succiona casi constantemente los pequeños animales que depreda. No es su única peculiaridad. Por ejemplo, no tiene aleta ventral y caudal. Pero cuenta con una cola prensil que en ocasiones utiliza para sujetarse de la vegetación, dada su velocidad limitada. A diferencia con el resto de peces, si os fijáis, no tiene la cabeza alineada con el eje del cuerpo, sino que forma con este un ángulo recto.

Hay caballitos de mar de todos los tamaños

El tamaño de los caballitos de mar varía entre 2 y 35 cm de longitud. Hay algunas excepciones, como los adultos de algunas de las especies más pequeñas -como el caballito de mar pigmeo de Denise (Hippocampus denise), que habita en el Pacífico occidental tropical, desde Indonesia hasta Vanuatu, y el caballito de mar pigmeo de Satomi (H. satomiae), que habita en los océanos Índico y Pacífico tropicales, que miden menos de 2 centímetros.

Son expertos en camuflaje

La extraordinaria capacidad de camuflaje de los caballitos de mar hace que sea prácticamente imposible distinguirlos. Además de servirles para evitar a los depredadores, les permite esconderse de sus presas, algo muy útil teniendo en cuenta que son unos nadadores muy poco experimentados.

Están seriamente amenazados

La sobrepesca, la destrucción del hábitat y el cambio climático amenazan a estos peces tan delicados, lo que renueva los esfuerzos de las organizaciones conservacionistas para protegerlos. El 2004, la convención CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas) acordó establecer una protección internacional mediante el establecimiento de una talla mínima de captura que les permitiera reproducirse y al mismo tiempo ser capturados, pero no ha evitado que algunas especies, como el caballito de mar de El Cabo (H. capensis) estén abocadas al peligro de extinción.

Son unos excelentes bailarines

Podría decirse que los caballitos de mar son expertos en la práctica de danzas subacuáticas. Durante el cortejo, macho y hembra suben y bajan en el agua, como si de un tiovivo se tratase. Se colocan frente a frente, entrelazan las colas y cambian de color. Pueden permanecer juntos durante horas, e incluso días. La verdadera función es la de sincronizar los movimientos con éxitos para garantizar la transferencia de los huevos.

Se desconoce con exactitud cuántas especies existen

Los caballitos de mar y los dragones de mar pertenecen a la familia de los singnátidos, un grupo taxonómico que incluye 295 especies. Todos ellos tienen un hocico alargado, las mandíbulas fusionadas y una armadura de placas óseas. Los científicos han identificado una cuarentena de especies en todo el mundo, aunque no se sabe exactamente cuántas hay.

Viven en aguas tropicales poco profundas

Los caballitos de mar prefieren aguas tranquilas y poco profundas, prosperan en praderas marinas, manglares, estuarios y arrecifes de coral de aguas templadas y tropicales de distintas latitudes, aunque también pueden encontrarse en zonas más frías, como Nueva Zelanda, Argentina, el este de Canadá y el Reino Unido. Eso sí, a veces necesitan una zona con corrientes marinas para desplazarse, pues son muy malos nadadores y se agotan con facilidad. Se desplazan de un lado a otro sacudiendo de manera frenética su aleta dorsal (hasta 70 veces por segundo) y maniobrando con sus aletas pectorales.

Depredan usando la técnica de la emboscada

Cuando depredan, practican la emboscada: Se quedan quietos y esperan a que pasen krill, copépodos, larvas de peces y otros comestibles diminutos para atraparlos a gran velocidad. Como carecen de dientes y no tienen estómago en el que almacenar los alimentos, se valen de sus largos hocicos a modo de aspiradora para succionar plancton casi continuamente.

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