Los macacos de cola larga del Parque Nacional Phang Nga en Tailandia utilizan herramientas de piedra para abrir nueces de cáscara dura. En ese proceso, los monos suelen romper sus martillos y yunques. El conjunto resultante de piedras rotas es considerable y está muy extendido por todo el paisaje. Lo curioso del caso es que, según ha comprobado un equipo de investigadores del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, muchos de estos artefactos tienen las mismas características que los fabricados intencionalmente en algunos de los sitios arqueológicos más antiguos de África Oriental.
«La capacidad de hacer intencionalmente escamas de piedra afiladas se considera un punto crucial en la evolución de los homínidos, y comprender cómo y cuándo ocurrió esto es una gran pregunta que generalmente se investiga a través del estudio de artefactos y fósiles del pasado«, dice Tomos Proffitt, autor principal del estudio publicado en ‘Science Advances’. «Nuestro estudio muestra que la producción de herramientas de piedra no es exclusiva de los humanos y nuestros antepasados».
Como explica el investigador, el hecho de que estos macacos usen herramientas de piedra para procesar nueces no es sorprendente, ya que también las emplean para acceder a varios mariscos. Lo interesante es que, al hacerlo, «accidentalmente producen un registro arqueológico sustancial propio que es en parte indistinguible de algunos artefactos de homínidos».
Al comparar los fragmentos de piedra producidos por los macacos con los de algunos de los sitios arqueológicos más antiguos, los investigadores pudieron demostrar que muchos de los artefactos producidos por los monos se encuentran dentro del rango de los comúnmente asociados con los primeros homínidos.
«El hecho de que estos artefactos se puedan producir al romper nueces tiene implicaciones para la variedad de comportamientos que asociamos con las lascas de bordes afilados en el registro arqueológico», destaca Jonathan Reeves, coautor principal.
El origen de la tecnología
Según los autores, las herramientas de piedra de macaco recién descubiertas ofrecen nuevos conocimientos sobre cómo la tecnología podría haber comenzado en nuestros primeros ancestros. Su origen, explican en un comunicado, podría haber estado relacionado con un comportamiento similar a romper nueces, que podría ser sustancialmente más antiguo que el registro arqueológico más antiguo actual.
«Partir nueces usando martillos y yunques de piedra, similar a lo que hacen algunos primates hoy en día, ha sido sugerido por algunos como un posible precursor de la producción intencional de herramientas de piedra. Este estudio, junto con los anteriores publicados por nuestro grupo, abre la puerta para poder identificar una firma arqueológica de este tipo en el futuro», dice Lydia Luncz, autora principal del trabajo y jefa del Grupo de Investigación Tecnológica de Primates en el Max Planck.