Cambio climático en América del Sur: incendios, calor y dengue

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El cambio climático es mundial, pero sus impactos difieren en cada región, de ahí la necesidad de estudiar situaciones particulares. El Lancet Countdown informa, a través de su reporte más reciente para América del Sur, que el cambio climático está perjudicando la salud de los habitantes de la región y que es momento de tomar medidas inmediatas.

El reporte asienta evidencia clara que delata los daños. Por ejemplo, las muertes relacionadas con el calor entre personas mayores aumentaron un 68% en los últimos 20 años. Además, con el paso del tiempo el clima se vuelve más adecuado para la propagación de enfermedades como el dengue y la malaria.

Estos hallazgo son parte del primer informe de una colaboración internacional en la región. Para elaborarlo, el grupo de científicos rastreo 25 indicadores de salud pública y cambio climático. Alerta que los impactos revisados empeoran rápidamente. Durante el lanzamiento del informe se destacó que la salud de todas las personas está amenazada por la dependencia a los combustibles fósiles, algo que, además, deja hogares vulnerables por los precios de los mismos y les lleva a adoptar combustibles sucios.

El informe fue realizado por 28 investigadores de 21 instituciones académicas y agencias de la ONU. Este incluyó a Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela y Surinam. Al compartirlo, uno de sus mensajes fue “Confíe en la ciencia. Ahora que sabemos, debemos de actuar”.

Comienza a bajar la propagación de incendios en el Parque Nacional los Alerces
 

Cambio climático en América del Sur: calor nada inocente

En todos los países de Sudamérica se ha registrado el aumento de temperatura. Las olas de calor han sido intensas y prolongadas en años recientes, afectando de forma particular a Argentina, Chile y Uruguay. 2020 fue uno de los años con más muertes por calor en todos los países, los más afectados fueron Brasil, Argentina, Colombia y Venezuela. En el mismo año, doce países rompieron sus récords de temperaturas altas.

Stella Hartinger, directora de Lancet Countdown Sudamerica, señaló durante la presentación de lanzamiento del informe que la exposición a calores extremos pueden causar “estrés por calor, golpes de calor, pero también empeora enfermedades ya latentes o crónicas en personas vulnerables”.

Sobre los incendios forestales, encontraron que, en nueve de los doce países monitoreados, los riesgos por este tipo de siniestros pasaron de peligro muy alto a extremadamente alto; incluso cuando la mayoría de los incendios son por actividades humanas, existen condiciones climatológicas que alientan su propagación. En números, encontraron que las personas experimentaron un promedio de siete días más de exposición al año. Para Uruguay y Paraguay el incremento de días fue de tres a cuatro por año, pero en Argentina y Chile el aumento fue de 14 a 20 días en el mismo periodo de tiempo.

América del Sur posee el 21 % de los bosques del mundo. El informe advierte que la deforestación, el cambio climático y los incendios pueden llevar a un punto de inflexión al ecosistema amazónico.

Cambio climático en América del Sur: más incendios, olas de calor, dengue infecciones, comida y salud mental

Los casos de dengue han aumentado en cantidad y severidad en los últimos 30 años. Alrededor de 16 millones de casos fueron detectados entre 2011 y 2021. Entre 2012 y 2021 la región presentó un aumento de 35 % del escenario que benefician la transmisión del dengue: lluvias, la reproducción de los mosquitos, la temperatura y la densidad humana.

Y mientras las enfermedades infecciosas tienen más oportunidades de propagarse, las cosechas de trigo, maíz, soja y arroz fueron menos favorecidas, pues se observó que el cambio climático afecta el rendimiento y el contenido nutricional de estos cultivos. Las temperaturas más altas pueden acortar el tiempo que tardan los cultivos en alcanzar la madurez lo que afecta su crecimiento. En la región, “el número de personas que padecían inseguridad alimentaria aumentó en 40 millones en 2021, afectando a más mujeres que hombres”.

También se estimó que, en América del Sur, solo 1 de cada 4 personas con algún trastorno mental que persistió por 12 meses había recibido algún tratamiento. Además, en ese territorio hay una brecha de tratamiento para los trastornos mentales severos que llega a 80 % entre los indígenas, grupos que conforman el 8 por ciento de la población latinoamericana.

En este contexto de alta vulnerabilidad, el grupo de investigación resalta que los países sudamericanos son responsables del 6 % de todas las emisiones de GEI a nivel mundial, la mayoría por su alta dependencia a los combustibles fósiles para la energía (39 % del total de la región), así como un 24 % por cambio de uso de suelo y otro 28 % por agricultura. Es importante señalar que esto puede cambiar. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) señaló que 18 países lograron reducir sus emisiones de CO2 de forma sostenida y absoluta durante más de una década.

Los autores del Lancet Countdown Sudamérica también mencionan que: “gran parte de este aumento de la mortalidad aún podría prevenirse mediante medidas de adaptación adecuadas”. Por eso llaman a los gobiernos a instaurar medidas de mitigación y respuesta para evitar riesgos que terminen por rebasar nuestra capacidad de adaptación.

A la vez, destacan que estas acciones deben implementarse rápido y de forma eficiente para una región en la que confluye la desigualdad, recursos limitados y sistemas de salud débiles.

Prepararse mejor para brindar protección

A las malas noticias, el grupo de investigadores decide añadir algunas soluciones, como evaluar impactos del cambio climático, algo que pocos municipios sudamericanos han realizado. También piden medir los beneficios de acciones climáticas para desarrollar planes y políticas de adaptación. Stella Hartinger indicó en conferencia que la única forma de disminuir las desigualdades sociales que redundan en afecciones por el cambio climático es “a través de los planes de adaptación y planificación en salud”.

Para implementar políticas y acciones de adaptación, será necesario que los gobiernos tengan compromisos financieros transparentes y asignaciones presupuestales concretas. El informe sugiere fomentar la creación de sistemas sanitarios resilientes.

Otros amortiguadores que apuntan para reducir impactos son la ampliación de espacios verdes. El 84 % de centros urbanos presenta pocas.

Otra de las sugerencias más enfáticas es que la región debe acelerar los esfuerzos para mitigar sus emisiones de gases de efecto invernadero, por ejemplo, al descarbonizar su sistema energético y de transporte aumentando el uso de energías renovables. Esta situación también traería beneficios a la salud pues, actualmente, “los países sudamericanos con la mayor tasa de mortalidad atribuible a la exposición a PM2.5 son Chile y Perú, con 230 y 176 muertes por millón”.

Eliminar los combustibles fósiles es relevante en una región en la que el transporte terrestre sigue dependiendo de él. Es usado por 84 por ciento de la flota automovilística. Al respecto, el informe indica que reducir el transporte carretero con combustibles fósiles podría evitar las más de 10 mil 100 muertes atribuibles a la contaminación del sector del transporte en 2020.

También señalan que deben reducirse la producción de carne roja, pues esta genera muchas emisiones por la producción de alimentos para el ganado y la fermentación entérica de rumiantes.

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