Una misión de la NASA para recoger muestras de un asteroide lejano y traerlas a la Tierra superó una importante revisión técnica, lo que permitirá a los ingenieros empezar a trabajar en una nave espacial robótica.
La misión, con un costo de 800 millones de dólares y conocida como OSIRIS-Rex, sería lanzada en septiembre de 2016 desde Cabo Cañaveral, Florida.
Dos años después, la nave espacial se contactará con el asteroide 1999 RQ36, apodado Bennu, para realizar mapeos y sondeos. Luego utilizará un brazo robótico para recolectar muestras antes de regresar en el 2023.
Los científicos están muy interesados en estudiar qué minerales y químicos contiene el asteroide.
Se cree que asteroides similares que cayeron a la Tierra anteriormente habrían suministrado materiales orgánicos y agua necesarios para la formación de vida.
Un panel de revisión independiente realizó una evaluación técnica de la misión y aprobó al contratista principal Lockheed Martin Corp para iniciar la construcción de la nave, los instrumentos de vuelo y el sistema de aterrizaje, dijo la compañía en un comunicado.
En agosto, la NASA firmó otro contrato por 183,5 millones de dólares con United Launch Services para construir el cohete Atlas 5 y los servicios de vuelo relacionados al OSIRIS-Rex.