Una de las muchas consecuencias negativas del calentamiento global es el aumento de la vulnerabilidad de los ecosistemas, incluidos los ecosistemas marinos, como los arrecifes de coral. A pesar de ocupar menos del 1 % del océano, los corales albergan casi una cuarta parte de todas las especies marinas, además de desempeñar un papel importante en la regulación de la concentración de dióxido de carbono (CO2) en el océano.
El calentamiento exacerbado de los océanos ha provocado un efecto conocido como blanqueamiento de corales en varias regiones del planeta. El blanqueamiento se produce cuando los corales pierden microalgas fotosintéticas llamadas zooxantelas, presentes en los tejidos que los recubren.
Estas microalgas mantienen una relación simbiótica con los corales, donde realizan la fotosíntesis y liberan sustancias orgánicas nutritivas para los corales y, a su vez, los corales aportan, a través de sus procesos metabólicos, los nutrientes necesarios para la supervivencia y crecimiento de las zooxantelas.
Cuando los corales sufren con el aumento del calor, pierden estas microalgas y sus tejidos se vuelven traslúcidos, dejando al descubierto el color blanco de su esqueleto. Aunque no necesariamente causa la muerte de los corales, este blanqueamiento los deja más frágiles y con más probabilidades de morir.
Por ello, el calentamiento de los océanos y el aumento de la frecuencia de olas de calor marinas están poniendo en riesgo este importante elemento del ecosistema, como ocurre en la Gran Barrera de Coral de Australia. Sin embargo, los investigadores han descubierto que algunas especies podrán resistir el aumento de temperaturas, lo que genera algo de esperanza.
Algunos corales sobreviven al calor gracias a la memoria
Un estudio reciente liderado por científicos de la Universidad Estatal de Oregón en Estados Unidos reveló que ciertas especies de coral tienen la capacidad de resistir las olas de calor marinas “recordando” eventos ocurridos en el pasado. Este fenómeno se conoce como “memoria ecológica” y aparentemente está asociado con las comunidades microbianas que viven en los corales.
Los investigadores examinaron 200 colonias de coral entre 2018 y 2020, que contenían 3 especies de coral. El arrecife se ubica en la costa norte de Mo’orea, en la Polinesia Francesa, y había sufrido cambios ecológicos drásticos en 2010 debido a desastres naturales además de haber sufrido dos olas de calor extremas en 2019 y 2020.
Los autores del estudio señalaron que algunas especies de coral resistieron mejor las olas de calor posteriores, probablemente debido a su exposición a eventos pasados. Acropora retusa es una de las especies que ha mostrado una respuesta de memoria a las olas de calor, respuesta asociada a cambios en su microbioma.
“La respuesta de memoria de la Acropora retusa estaba fuertemente relacionada con cambios en su microbioma, lo que respalda la idea de que la comunidad microbiana desempeña un papel en este proceso”, dijo a earth.com Vega Thurber, también autora del estudio. Los corales de la especie Pocillopora también demostraron resistencia al calor al recordar eventos pasados.
De esta manera, además de comprender mejor y resaltar la importancia de la relación simbiótica de los ecosistemas coralinos, el estudio arroja luz sobre posibles estrategias para preservar los arrecifes de coral, ante la perspectiva de un aumento de las temperaturas en el planeta y de un aumento de la frecuencia y severidad de las olas de calor marinas.
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