El regreso de la nutria gigante a Argentina desde Alemania

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Esta es la historia del retorno de la nutria gigante al país sudamericano, donde estaba extinguida.

Gracias al proyecto de fundación Rewilding y al apoyo de la red de zoológicos europeos, una pareja llegó desde Alemania.

Tama y Anori llegaron a Argentina en enero y están cumpliendo cuarentena después de un largo viaje desde Alemania. Esta pareja de nutrias gigantes proviene del zoológico de Halle, en el estado de Sajonia-Anhalt, y se suma al proyecto de reintroducción de especies de la Fundación Rewilding Argentina en el Parque Iberá . Con 756 mil hectáreas, es el parque natural más grande del país sudamericano.

“Estas nutrias gigantes nacieron en zoológicos, una en Madrid y la otra en Alemania. Es una pareja internacional”, dice Dennis Müller, director del Bergzoo Halle . Es primera vez que envían ejemplares de estos animales a Argentina, lo que implica un desafío mayor.

“Hay que observar una serie de disposiciones para prepararlos en forma óptima y que la llegada sea sin dificultades en el aspecto sanitario”, explica.

En unos días, Tama y Anori comenzarán una nueva vida en la naturaleza.

Primero en un corral gigante, que incluye un sector acuático y uno terrestre. Y en el futuro serán liberadas. Con esta pareja ya son nueve individuos, repartidos en cuatro grupos familiares en recintos separados. Entre ellos hay tres crías juveniles, las primeras nacidas en el Iberá después de décadas.

Tras el largo viaje desde el zoológico de Halle, Tama y Anori permanecen en una estación en cuarentena.
Tras el largo viaje desde el zoológico de Halle, Tama y Anori permanecen en una estación en cuarentena.

Nativa de Sudamérica, es la nutria más grande del mundo, y puede llegar a medir hasta 1,8 metros. En Argentina habitaba la cuenca de los ríos Paraná y Uruguay, pero su población se fue retrocediendo hacia el norte. Las últimas vistas fueron en 1986.

“Son muy sociables, viven en grupos familiares bastante numerosos. Son diurnas, muy grandes, ruidosas y curiosas. Tienen una piel espectacular, lo que provocó principalmente su extinción, porque las cazaban mucho y con facilidad. Las crónicas de navegación cuentan cómo le disparaban a una y el grupo se quedaba en el lugar haciendo ruido y tratando de proteger al individuo herido, entonces era fácil matar al resto”, relata Sebastián Di Martino, director de Conservación de la fundación Rewilding Argentina.

Del jaguar a la nutria gigante

El biólogo argentino, encargado de los proyectos de Restauración de Especies y Ambientes de la fundación, indica que “en Argentina no había nutrias gigantes, ni silvestres ni en cautiverio”. Al momento de buscar individuos, Europa ofrecía una gran ventaja: “la población en cautiverio más numerosa de esta especie, el 80%, está en zoológicos europeos, que han sido muy exitosos en reproducirlas”.

Para restaurar este humedal, uno de los más grandes del mundo, es clave traer de vuelta las especies extinguidas, lo que Rewilding ya ha hecho con éxito con el jaguar, el oso hormiguero gigante, el venado de las pampas y el pecarí de collar. “Ahora ya hay bastantes en el Iberá y nosotros no liberamos más animales, se reproducen por ellos mismos. Ese es el sueño con la nutria”, dice Di Martino.

La primera, llamada Alondra, llegó en 2019 desde el Zoológico de Budapest y nació en el de Duisburgo, Alemania. “Hemos traído de Hungría, Suecia, Dinamarca, España y Francia y estas últimas son una pareja del zoológico de Halle”, cuenta el biólogo.

Zoológicos: no solo vitrinas

Los zoológicos modernos hoy buscan ser más que una simple exhibición de animales. “La conservación de especies es una de las tareas más importantes que hacemos, junto con la educación ambiental para nuestros visitantes”, señala Müller.

“Llamamos la atención sobre los problemas que enfrentan las especies en la naturaleza, de los cuales el ser humano es responsable”, dice Tim Schikora, director del Zoológico de Schwerin.

El biólogo también coordina el programa de nutria gigante de la Asociación de Zoológicos Europeos (EAZA), y ha sido clave para que esta especie vuelva a Argentina. Cuenta con un registro y árbol genealógico de los individuos en cautiverio en Europa, para evitar cruces emparentados y mantener la diversidad genética en las crías, sin tener que tomar animales de la vida silvestre.

Una de las nutrias gigantes de un zoológico alemán que serán reintroducidas en el Parque Iberá, en la provincia argentina de Corrientes. La nutria gigante puede llegar a medir hasta 1,8 metros.
Una de las nutrias gigantes de un zoológico alemán que serán reintroducidas en el Parque Iberá, en la provincia argentina de Corrientes. La nutria gigante puede llegar a medir hasta 1,8 metros.

“El gran problema que tenemos hoy es que los hábitats naturales ya casi no existen, y la mayoría de los animales no pueden ser reintroducidos porque la amenaza persiste. Lo que hacemos es mantener en zoológicos con el objetivo de protegerlos y ponerlos a disposición cuando la situación permite que puedan volver a la naturaleza.Hay muchos casos de cooperaciones similares a las de la nutria gigante”, subraya.

Es el caso del bisonte europeo y el caballo de Przewalski, que pudieron regresar a la vida silvestre a partir de ejemplares que estaban en cautiverio. Para esto los zoológicos trabajan conectados entre sí y manejan las poblaciones animales en programas conjuntos.

En Brasil, el guacamayo de Spyx -el loro de plumaje azul-, había estado extinguido. Gracias a la labor del Instituto Chico Mendes para la Conservación de la Biodiversidad de Brasil y el programa de reproducción en cautiverio de la Asociación para la Conservación de Loros Amenazados (ACTP) de Berlín, en 2020 fueron llevados 50 guacamayos desde Alemania a aviarios en el país sudamericano, y luego comenzaron a ser liberados.

El equipo de Rewilding Argentina mantiene al grupo familiar en un corral gigante, donde aprenden a ser autovalentes en la naturaleza, antes de liberarlas por completo.
El equipo de Rewilding Argentina mantiene al grupo familiar en un corral gigante, donde aprenden a ser autovalentes en la naturaleza, antes de liberarlas por completo.

Restaurar la naturaleza y cambiar la economía.

Recuperar especies abre también nuevas oportunidades para las comunidades del Iberá. “Cambiamos una economía marginal, muy basada en la ganadería, por turismo de naturaleza basado en la observación de fauna”, destaca Di Martino.

Junto con la nutria gigante, el proyecto busca traer de vuelta su rol ecológico, explica: “Es hiperactiva, está todo el día en movimiento. Es el depredador más grande y voraz de este ambiente acuático. Come el doble en peso que un jaguar por día y mantiene una raya poblaciones de peces”.

Pasar del cautiverio a la vida silvestre es un proceso largo, indica el biólogo: “Hay que enseñarles a ser libres. Deben aprender a excavar sus madrigueras y atrapar peces vivos, lo que no hacían en el zoológico”. También lleva tiempo que formen pareja y logren sacar adelante sus crías. La meta es lograr una población numerosa y autosustentable. El primer grupo familiar podría ser liberado este año.

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