La elefanta africana fue asegurada de manera precautoria por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) debido a faltas al trato digno y respetuoso. Animalistas exigen a las autoridades ambientales mexicanas que se esclarezca pronto su situación.
Annie es la elefanta africana que desde hace ocho años vive confinada en un corral improvisado ubicado entre los límites de los municipios de Lagos de Moreno, Jalisco, y León, Guanajuato, en México. Su situación fue denunciada por el activista y ambientalista Arturo Islas Allende a través de un video en sus redes sociales.
De acuerdo con el animalista, durante todo este tiempo Annie ha vivido en condiciones deplorables: encadenada de una pata, sin agua ni alimento y rodeada de tráilers y contenedores. Esta situación, según cuenta, comenzó el día en que se aprobó la ley para eliminar a los animales de los espectáculos circenses. La elefanta era explotada por un famoso circo hace algunos años.
Luego de la presión de la ciudadanía, el pasado 20 de febrero la Procuraduría Federal del Medio Ambiente (Profepa) en compañía de médicos veterinarios del Zoológico de Guadalajara acudieron al recinto donde Annie está cautiva. La elefanta africana fue encontrada por los especialistas sumamente estresada, por lo que no lograron completar la revisión médica detallada.
“Debido a que posiblemente llevaba varias horas ya amarrada, el abdomen de Annie estaba distendido y las heces estaban muy pastosas lo que es un signo evidente de estrés, por lo que solo pudimos hacer una revisión visual del animal, pues además no se cuenta en el predio con las instalaciones seguras para su revisión médica”, señaló Luis Soto Rendón, director del Zoológico Guadalajara, al diario mexicano Milenio.
Por su parte, Ernesto Zazueta, presidente de la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México (AZCARM), declaró en entrevista con Infobae que el animal no vive en un albergue ni en instalaciones adecuadas, pues está contenida con cajas de tráiler. “Por lo pronto se encuentra amarrada de una pata debajo de un tejabán y no está en buenas condiciones de salud, está desnutrida y algo baja de peso”, aseguró.
Aunque Profepa anunció el aseguramiento precautorio de Annie, hasta el momento se desconoce cuál será su destino definitivo. Animalistas en redes sociales exigen que se esclarezca la situación de la elefanta, ya que aún vive en condiciones que la vulneran física, mental y socialmente, al ser una especie que necesita convivir con otros elefantes.
La última comunicación que Profepa dio sobre el caso de Annie fue el 1 de marzo, cuando anunció a través de sus redes sociales que “mientras se determina el sitio que recibirá al ejemplar, las autoridades vigilan que este reciba atención y cuidados. Ya se le proporciona una dieta basada principalmente en alfalfa, avena, frutas, zanahorias y agua”.
También mencionó que evalúan los lugares que cuentan con capacidad técnica, personal especializado, instalaciones adecuadas, tratamiento veterinario y disponibilidad presupuestal que garanticen el bienestar y respeto de Annie. “En los próximos días se informará el nuevo hogar de la elefanta”, agregó Profepa.
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