Fabrican muebles con plásticos y residuos urbanos

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Los Colados es un proyecto que integra a la perfección los residuos plásticos con el concreto en la fabricación de muebles.

El resultado de esta investigación es un lavamanos que sirve como la primera pieza de una serie diseñada por LOCUS, una oficina con sede en la Ciudad de México, en colaboración con Muebles de Concreto.

La propuesta se basa en el concepto de “lávate las manos sobre los residuos que produjiste”, que surge de la preocupación por la velocidad de producción y los procesos que carecen de recirculación. Esto impulsó una reevaluación de la reutilización de residuos, con especial atención en los plásticos.

Además, el contexto inmediato, determinado por su ubicación en la Ciudad de México —una de las ciudades más densamente pobladas, dinámicas y generadoras de desechos del mundo— impulsó a la oficina a proponer soluciones que reciclaran restos de productos plásticos rotos, abandonados u obsoletos esparcidos por la ciudad, en este caso produciendo muebles.

Como describe el equipo de diseño, la iniciativa busca aumentar la conciencia ambiental sobre la escasez de recursos y los procesos extractivos, para estimular una reevaluación de los métodos de producción en el diseño y la arquitectura. Esta redefinición está alineada con los rápidos cambios climáticos, económicos y sociales, que exigen un nuevo paradigma sobre cómo utilizamos los materiales.

“En una era donde las materias primas son cada vez más escasas, independientemente de su origen o naturaleza, el acto de crear nuevos objetos se convierte en una tarea especialmente convincente. — LOCUS”

Durante el proceso, la oficina reconoció los desafíos ambientales vinculados a los procesos tradicionales del concreto, particularmente en lo que respecta al cambio climático. La combinación de la extracción de arena y las emisiones de gases de efecto invernadero durante su fabricación lo convierte en una fuente importante de contaminación y representa una proporción considerable de las emisiones globales de CO₂.

Cómo se construyó este mueble con plásticos

El equipo de diseño propuso un enfoque que sugiere reemplazar los agregados tradicionales en los métodos de fundición, como el mármol o la piedra. En este contexto, la fabricación del lavamanos comenzó con un análisis e inventario de los recursos disponibles en el entorno.

Se trató de recolectar tarjetas SIM, restos de refrigeradores, botellas de plástico, platos y carcasas de computadoras, los cuales fueron mezclados e incorporados como agregados para crear la pieza de concreto.

En consecuencia, la diversidad de fuentes de residuos y colores incorporados en el agregado del fregadero contribuyó a un diseño atractivo, distinguiéndolo de la estética tradicional del concreto y el terrazo. Este material, habitualmente asociado a la robustez y la sobriedad, adquirió una nueva dimensión incorporando elementos procedentes de residuos. Además, según LOCUS, “esto subraya la necesidad de reimaginar sus aplicaciones, especialmente considerando los residuos plásticos como una fuente futura de desechos y una reserva potencial de materiales dignos de valorización”.

Proyectos como este sostienen la conversación en curso sobre la sostenibilidad, impulsándonos a cuestionar no solo el destino final de nuestros residuos, sino también fomentando exploraciones creativas de diversas posibilidades para su reutilización.

Demuestra que a través de un análisis en profundidad y un inventario de los desechos disponibles en nuestro contexto inmediato, es posible identificar recursos que pueden cambiar las fórmulas establecidas en la fabricación, allanando el camino para materiales innovadores y aplicaciones que tal vez no hayan sido explorados o considerados.

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