En la ciudad de San Francisco viven 800.000 personas y miles llegan a trabajar todos los días, es el espejo en el que se quiere mirar Buenos Aires en materia de recolección y reciclaje de residuos, para encontrar una solución al colapso de los rellenos sanitarios. Así lo informa el diario La Nación.
Aquí todo el mundo, sin hacer diferencias entre adultos, jóvenes, adolescentes y niños, sabe que en el momento de tirar la basura debe hacerlo, según el tipo de residuo, en alguno de los tres contenedores de 120 litros dispuestos en casas, escuelas, oficinas, clubes, bares, restaurantes y paseos de compras.
Si el desperdicio por desechar es algún resto de comida, debe ser arrojado en el contenedor verde, que terminará en una planta donde se produce compost, producto vendido para fertilizar las tierras trabajadas por los elaboradores de vino.
Otro contenedor, el azul, es donde se debe depositar todo el material que puede ser reciclado: papel, cartón, botellas de plástico y vidrio. Por último, queda la basura que termina en los rellenos sanitarios y a la que aún no han podido encontrar una manera de recuperar. Ese material termina en un contenedor negro.
Los contenedores son luego levantados y vaciados por la empresa Recology, una vez por semana. Por este servicio, los vecinos deben pagar 30 dólares mensuales.
En promedio, por día, en esta ciudad del estado de California se generan 5479 toneladas de residuos, sólo un poco menos que en Buenos Aires: se recuperan 4384 toneladas y otras 1096 se entierran.
La idea fue conocer el trabajo y el proyecto que, desde hace 25 años, se desarrollan en esta ciudad, donde se recicla y se recupera el 80% de los residuos. El objetivo que tiene el gobierno de San Francisco es cumplir la meta de basura cero en 2020.
Los logros en materia de recolección de residuos de esta ciudad son un ejemplo para varias metrópolis del mundo, cuyas autoridades visitan estas tierras para conocer cómo consiguió San Francisco llegar a niveles tan altos de reciclaje.