Las Islas Galápagos enfrentan condiciones drásticas por el cambio climático

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Las plantas “pioneras” que colonizaron por primera vez los campos de lava de las Islas Galápagos se adaptan bien a las condiciones áridas. Pero, al hacer más irregulares las precipitaciones, el cambio climático está poniendo a prueba incluso su capacidad de aferrarse y regenerarse.

En la isla de Baltra, algunas plantas han tenido dificultades para regenerarse a su ritmo habitual, a pesar de la eliminación de las cabras invasoras.

Condiciones Más Drásticas y Estudios Fenológicos

“Eso significaría que hoy probablemente vivimos condiciones aún más drásticas que unas décadas antes”, afirma Nicolás Velasco, investigador de la Fundación Charles Darwin (FCD).

Velasco ha pasado dos años en las Galápagos, observando cambios significativos en el clima. Participa en un estudio sobre la fenología de las plantas, que analiza cómo el clima afecta los ciclos naturales de las plantas, como la floración y fructificación. “Es muy evidente que la fenología de las plantas endémicas está cambiando”, asegura.

Impacto de El Niño

Otro estudio fenológico se centra en el impacto de El Niño. Este fenómeno meteorológico puede provocar fuertes lluvias que debilitan las raíces de plantas como las Opuntia echios maduras, provocando su caída.

En la isla de South Plaza, una población original de 2.000 plantas en la década de 1960 se redujo a unos 400 individuos en 2014. Algunos científicos creen que el cambio climático está reforzando los fenómenos de El Niño.

La Delicada Danza entre Cactus e Iguanas

Caminando por los senderos señalizados de la isla Plaza Sur, es habitual ver iguanas terrestres amarillas tomando el sol. Su población está en sintonía con las reverberaciones del ecosistema.

La desaparición del halcón de las Galápagos, un depredador natural clave, contribuyó a aumentar su número, pero con el declive de la Opuntia, la competencia por el alimento se ha vuelto feroz. Como parte del programa de restauración ecológica ‘Galápagos Verde 2050’, los investigadores han plantado cactus en áreas donde su número se ha desplomado.

Presión sobre los Cactus

“Hay que ser muy rápido con el vallado, porque en un par de minutos llegan las iguanas y empiezan a comérselas”, dice Nicolás. “Se ve que están muy, muy hambrientas”. Las iguanas, originalmente herbívoras, se vuelven oportunistas en tiempos de escasez, incluso comiendo carroña y polluelos de gaviotín.

Interdependencia entre Especies

“Originalmente había una buena interconexión entre las dos especies [iguanas terrestres y cactus]”, comenta Nicolás. “Las iguanas suelen comer el fruto de los cactus, así propagan las semillas”. En épocas de clima turbulento, las plantas sufren mayores ataques. En la Isla Española, por ejemplo, las condiciones “supersecas” han llevado a las iguanas a comerse los cactus chumberos para obtener agua antes de que la planta tenga tiempo de producir semillas.

Bajo el agua, las iguanas terrestres también enfrentan situaciones variables. Las iguanas marinas sufren durante El Niño, ya que el aumento de la temperatura del mar agota los pastos marinos y otras fuentes de alimento.

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