Los cancilleres de Sierra Leona y Liberia, Samura Kamara y Augustine Kpehe Ngafuan, respectivamente, destacaron en el debate de alto nivel de la Asamblea General los pasos dados por la ONU y varios estados para frenar el brote viral, aunque advirtieron lo mucho que resta por hacer.
Necesitamos al igual que nuestras repúblicas hermanas una gran ayuda por las vías aérea y terrestre para derrotar la epidemia, la cual representa una amenaza global para la que no estamos en el planeta lo suficientemente bien preparados, advirtió Kamara.
Según el diplomático, su país adoptó importantes medidas para detener la diseminación, pero la población debe modificar conductas, en aras de prevenir la transmisión.
Por su parte, Ngafuan recordó que pese a las acciones ejecutadas, aún no se alcanzó el incremento en 20 veces de la respuesta mundial a la emergencia, recomendado por expertos.
Ambos oradores lamentaron las cancelaciones de vuelos y viajes hacia las naciones azotadas por la epidemia, e instaron a la Asamblea General a pronunciarse contra cualquier intento de aislamiento.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y la Organización Mundial de la Salud pidieron no caer en tales prácticas, porque limitan los esfuerzos de asistencia y no evitan la propagación del virus, responsable en los últimos seis meses de la muerte de más de 3.000 personas, alrededor de la mitad de los casos.
Además, los cancilleres de Sierra Leona y Liberia expusieron en el plenario de los 193 miembros de Naciones Unidas el negativo impacto económico del ébola, a partir de la suspensión de proyectos de desarrollo y las afectaciones en agricultura, turismo, construcción, minería, comercio y transporte público, entre otros sectores.