El nivel de arsénico en el agua en los distritos del noroeste bonaerense volvió a ser motivo de polémica. Esta vez, el debate resurgió en la legislatura bonaerense a partir de un pedido del diputado del bloque Frente Amplio Progresista (FAP) por Rivadavia Abel Buil, quien solicitó que se incluya la obra del acueducto del Río Paraná.
Ese emprendimiento fue desarrollado en conjunto por la Universidad Nacional de La Plata y el Ministerio de Infraestructura de la Provincia durante 2010 y 2011.
La iniciativa alcanza a los partidos de Florentino Ameghino, General Pinto, General Viamonte, General Villegas, Hipólito Irigoyen, Junín, Leandro N. Alem, Lincoln, Nueve De Julio, Pehuajó, Pellegrini, Pergamino, Rivadavia, Rojas, Salliqueló, San Nicolás, Carlos Casares, Carlos Tejedor, Guaminí, Daireaux, Trenque Lauquen y Tres Lomas.
El problema del arsénico obligó a varios municipios y a la empresa Aguas Bonaerenses S.A. a repartir, ya sea por iniciativa propia u orden judicial, botellones con líquido apto para beber. Esa medida ya se implementa en Nueve de Julio, Alberti, Lincoln, Rivadavia, San Nicolás, entre otros.
“Tenemos agua corriente para bañarnos, pero para tomar y hacer la comida tenemos una planta de ósmosis inversa y se reparten bidones de agua potabilizada casa por casa”, dijo el intendente de Rivadavia, Sergio Buil, quien además explicó que en esa zona “el agua tiene bastantes problemas de sales, un gusto muy feo”.
Lincoln es otro de los distritos a los que este tema no le es indiferente. Hace poco concejales linqueños pidieron que los legisladores de la provincia de Buenos Aires sancionen con premura la ley que exhorta a disminuir el arsénico en el agua.
Los ediles recordaron que en 2008 “la Cámara de Apelación en lo Contencioso Administrativo de San Nicolás obligó a Aguas Bonaerenses S. A. a suministrar en forma gratuita agua potable en bidones a toda persona o entidad de Lincoln que lo solicite, ya que debido a una serie de estudios se comprobó que el agua que brinda la compañía no es apta para el consumo humano”. Dicho fallo fue ratificado por la Corte Suprema de la Nación el año pasado.
Cabe destacar que el proyecto del acueducto aún no contempla a Chacabuco, donde este año se conoció un estudio de la Universidad de Buenos Aires (UBA) en la que se revela que la cantidad de arsénico en el agua es superior a la permitida por el Código Alimentario Argentino, que establece como parámetro máximo 0,05 miligramos por litro.
Esos estudios se realizaron a través de una solicitud efectuada el 23 de noviembre de 2011 por el Juzgado Civil y Comercial Nº 3 del Departamento Judicial de Junín, en el marco de la causa “Décima, Graciela y otros c/ Ingredion S.A”.
En cuanto a Junín, el intendente Mario Meoni dijo hace un par de meses que la situación del arsénico en el agua se encuentra “estabilizada”.
En 2009, el máximo tribunal bonaerense había condenado a la Municipalidad de Junín por suministrar agua con alto contenido de ese compuesto químico y le había ordenado ajustar la prestación de acuerdo con los niveles de calidad establecidos por el Código Alimentario Argentino.