Se trata de un método que, según informó el Ministerio de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos de la Nación, esta en marcha desde los primeros días de octubre y cuyo objetivo es para alejar a las aves de los cables de arrastre.
Las lineas espantapájaros se suman a las artes de pesca y en los experimentos se disponen de dos líneas a babor y estribor, desde el momento en que se sumergen los portones hasta el comienzo del virado.
Las pruebas se extenderán por seis meses en la flota congeladora con la intención de verificar la eficacia del método. Los especialistas pretenden mitigar el impacto sobre albatros y petreles, entre otras especies vulnerables a la operatoria.
De acuerdo a la estimación de científicos locales, el Mar Argentino y su costa albergan alrededor de ochenta especies, tanto costeras como pelágicas, que viven y se alimentan en la zona.
Habitualmente en la búsqueda de alimento, las aves marinas son atraídas hacia los pesqueros y en ese trayecto colisionan contra los cables. Del impacto, con frecuencia salen heridas o muertas.
En el actual trabajo de investigación interviene personal del Programa de Observadores a Bordo del Inidep y de la Dirección de Control y Fiscalización de la Subsecretaría de Pesca, quienes son los encargados de recolectar datos durante las maniobras.
En este marco, el Consejo Federal Pesquero aprobó en agosto pasado la realización de esta prueba piloto. Si bien habrá un informe intermedio, los resultados finales se conocerían en abril del año próximo.