La explotación sexual de animales formara parte del nuevo Código Penal español. Es la primera vez que el ordenamiento jurídico de ese país recogerá la zoofilia y el negocio en torno a ella como tipo delictivo.
Asociaciones, colectivos y partidos trabajaron para que estas conductas, penadas en países de nuestro entorno, sean castigadas también en España. Y lo han hecho incluso con informes que ponen de manifiesto vínculos entre los abusos a animales y los cometidos con humanos. El Código Penal castiga solo el abandono, el maltrato (con lesiones o muerte) y la administración de sustancias no permitidas.
La Coordinadora de Profesionales por la Prevención de Abusos, un colectivo internacional de expertos en la prevención de la violencia y la protección de grupos vulnerables, principalmente menores, entregó hace unos días a los miembros de la Comisión de Justicia del Congreso un dosier con un informe en el que aseguran que la zoofilia se da con mayor frecuencia entre los delincuentes violentos y sexuales.
Citan, a modo de ejemplo, un estudio con presidiarios que reveló que el 30 por ciento de los violadores, el 60 por ciento de quienes abusaron sexualmente de niños y el 81 por ciento de los delincuentes sexuales no selectivos había incurrido en actos de zoofilia.