La compañía PrecisionHawk esta probando drones que pueden recolectar agua desde los pozos petroleros de sus clientes. Este líquido es vertido en un recipiente y llevado a un laboratorio donde se determina si hay o no filtraciones de petróleo, algas o insectos.
Esta iniciativa pretende ser aplicada para futuros estudios ambientales e incluso dotar a las máquinas de algunos elementos para que éstas hagan un análisis previo con el fin de saber si el agua está contaminada o no.
Los drones son capaces de manejar diversos tipos de líquidos con distintos niveles de viscosidad. En el siguiente video, se muestra el funcionamiento de estas máquinas.
Una utilidad importante que puede salir de estos análisis es que se podrían recolectar algunas muestras de ADN de especies vivientes (sean animales, vegetales o microorganismos), y así determinar si dichos seres vivientes padecen alguna enfermedad producida por la contaminación de su ecosistema.