Según la ONU, el daño causado por las aguas residuales a los ecosistemas es grave y podría ser una amenaza para la salud humana y la actividad económica, por lo que el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente instó a los gobiernos a priorizar el tratamiento de estas aguas residuales para la agenda del desarrollo que debe aprobarse para dar continuidad a los Objetivos Del Milenio para este 2015.
Los contaminantes del agua creados por las actividades humanas son los principales causales de la pérdida de calidad de ésta en todo el mundo.
El problema global más común con respecto a esta pérdida es la eutrofización, proceso por el cual las aguas reciben un exceso de nutrientes inorgánicos, principalmente nitrógeno y fósforo, causando que el ecosistema acuático se plague de especies que al morir se acumulan en los fondos acuáticos, deteriorando considerablemente los beneficios del agua.
Las necesidades previstas en la producción de alimentos, junto con el aumento de los contaminantes asociados al crecimiento poblacional en los próximos tres decenios estiman un incremento del 10% al 15% de descarga de nitrógeno a las aguas.