Una grave acusación sobre crueldad animal se dio en Estados Unidos esta semana. Una organización proteccionista acusa a las autoridades federales de permitir el sacrificio religioso de águilas.
“Nuestro gobierno está permitiendo silenciosamente la captura y el sacrificio ritual de aves rapaces protegidas”, reclamó la organización Animal Wellness Action.
Entre las aves incluidas, mencionaron a las águilas calvas, las águilas reales y los halcones de cola roja.
¿Sacrificio religioso de águilas, permitido?
La asociación acusó directamente al Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos y el Servicio de Parques Nacionales (ex Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos).
De acuerdo con un extenso documento publicado en el sitio oficial de Animal Wellness Action, ambos organismos “facilitan” la “tortura ritual y el sacrificio de aves rapaces salvajes pertenecientes a todos los estadounidenses”.
Esto a pesar de que el Congreso consideró conveniente proteger a esas aves. Existen la Ley del Tratado de Aves Migratorias y la Ley de Protección del Águila Calva y Real.
“Bajo las exenciones de ambas leyes, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos (USFWS) permite a la tribu hopi de Arizona torturar y sacrificar águilas reales y halcones de cola roja que captura en tierras públicas”, apuntan en la ONG.

“Y el Servicio de Parques Nacionales (NPS) permite a la tribu Jemez Pueblo de Nuevo México torturar y sacrificar águilas calvas o reales (hasta ahora, una de cada especie) que captura en la Reserva Nacional Valles Caldera”, agregan.
Según describen, el ritual funciona de la siguiente forma: sacan a las águilas y los halcones polluelos de sus nidos en primavera y los atan a techos de adobe.
Los alimentan con trozos de conejos y ratones, “presentados con juguetes de niños” y se les dice que deben sentirse honrados por ser elegidos para el ritual.
“Las águilas y los halcones, explican los ancianos hopi, son mimados como niños adorados hasta el Niman, o Danza del Hogar, a mediados de julio”, relatan en el documento.
“Luego se los cubre con mantas o harina de maíz para que puedan viajar al ‘otro mundo’ y contarles a los dioses sobre su bondad y generosidad”, agregan.
La ONG denuncia que las aves permanecen sujetas bajo el sol durante casi tres meses. “A veces les cosen los párpados y las correas alrededor de las patas les desgastan la piel y los tendones“, reclaman.
La acusación a las autoridades
Como parte del reclamo, se apunta a las autoridades locales. “En 2022, el USFWS emitió un permiso de captura anual a los hopis para 50 halcones de cola roja hasta el 31 de marzo de 2026. Y les emitió un permiso de ‘captura’ para 40 águilas reales”, acusan.
A esto se le suman, según acusan, permisos otorgados en 2023,2024 y 2025. “El monitoreo que realiza el USFWS sobre la captura de águilas ha sido casual y poco frecuente”, señalan.
“Santuarios para la captura y sufrimiento”
Además de los permisos, la ONG asegura que “por primera vez, el NPS abrió una unidad de la Reserva Nacional Valles Caldera en Nuevo México a la captura de águilas”.
Esto, acusan, incumple las antiguas regulaciones del NPS y la ley federal. “Sienta un precedente peligroso al autorizar a los pueblos Jemez a capturar y sacrificar águilas calvas o reales”, denuncian.
La Ley Orgánica del NPS exige que la agencia “conserve el paisaje, los objetos naturales e históricos y la vida silvestre” de todas las unidades donde no se autoriza la caza. Dejándolos intactos, una disposición que solo el Congreso puede eximir.

Además, en el extenso texto firmado por Ted Williams (cazador y pescador “de toda la vida”, exoficial de información de la División de Pesca y Vida Silvestre de Massachusetts), se remarca que la Ley Nacional de Política Ambiental (NEPA) exige que:
- El NPS notifique al público sobre las acciones que afecten el medio ambiente de una unidad
- Que el público tenga la oportunidad de comentar sobre dichas acciones.
“Las implicaciones son enormes”, dijo Frank Buono, superintendente adjunto jubilado del Parque Nacional Joshua Tree en California.
“Los pueblos Jemez pueden capturar águilas del Parque Nacional del Gran Cañón con la misma facilidad, ya que legalmente no hay distinción entre capturar fauna silvestre de uno y no del otro”, agregó.
“Y se correrá la voz a otras tribus. Si los pueblos Jemez pueden capturar águilas de la Reserva Nacional Valles Caldera, ¿por qué no los sioux ogalala y yankton del Parque Nacional Badlands, o los chippewa del Parque Nacional Voyageurs?”, se preguntó.