David Yañez, David Suriol y Raúl Martín crearon un sistema de energía eólica que no necesita aspas, palas o helices. Con este invento ganaron el premio del “Fondo de Emprendedores” de la empresa Repsol y el Startup & Investor Summit 2014.
El dispositivo consiste en un cilindro vertical semirrígido, anclado en el terreno, y que incluye materiales piezoeléctricos.
La energía eléctrica se genera por la deformación que sufren esos materiales al entrar en resonancia con el viento. “Es como poner un bate de beisbol al revés, hacia arriba, y que oscila”, explica David Suriol.
Con el proyecto Vortex vamos a tener unos aerogeneradores diferentes a los que conocemos hoy en día, que se mueven de una manera diferente, pero que aportan muchas ventajas.
Sobre todo ventajas medioambientales, tanto en temas de ruido, que es inexistente, como desde un aspecto visual.