Las autoridades francesas han confirmado la presencia de una morsa en el puerto de Dieppe, en el norte de Francia, a miles de kilómetros de Groenlandia, Alaska y otras zonas del océano Ártico de donde es originario este animal.
La morsa parece que ha abandonado la zona tras ser avistada a la entrada del puerto por responsables de la Capitanía del puerto, informa la Prefectura de Normandía y Sena Marítimo en redes sociales.
Tras confirmarse la presencia del animal se estableció un perímetro de seguridad para que los transeúntes evitaran acercarse. La Oficina Francesa para la Biodiversidad y el Observatorio de Aves y Mamíferos Marinos (PELAGIS) no han emitido información sobre su salud.
La morsa es un mamífero marino que suele salir del agua a descansar antes de volver con la ayuda de las mareas. Sin embargo, y al tratarse de una especie protegida, de carácter temeroso y con mala visión fuera del agua, este animal puede ser agresivo y suponer un peligro para los que le rodean y para sí mismo.
En la mañana del sábado pasado el animal se zambulló en el agua y desde entonces no se ha observado su presencia en el puerto ni en sus alrededores, por lo que se ha levantado el perímetro de seguridad.
La historia de la morsa de Dieppe recuerda a la de la orca perdida en el Sena en mayo y a la de la ballena beluga avistada en agosto también en el río que atraviesa París, ambas con un final trágico.