Buenos Aires: volvieron el agua y 21 especies de aves a la Reserva Ecológica

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En el mismo lugar donde hasta hace unos meses sólo había pastizales resecos, ahora hay agua y anidan los patos. Y con los nidos llegaron las crías. También se ven gallaretas, macaes, garzas y jacanas, entre otros pájaros. La Laguna de los Coipos de la Reserva Ecológica Costanera Sur está recuperando la vida porque, después de años de sequía, lograron devolverle el agua a través de un sistema de bombas que la extrae del Río de la Plata. Desde que esta obra hidráulica comenzó a funcionar, el 1° de agosto, se detectó el regreso de al menos 21 especies de aves.

 
En una recorrida, Clarín pudo observar varias especies. Los que más se hacen notar son los patos barcinos, que armaron su nido cerca del camino de entrada. También hay pollonas, gallaretas y gallitos de agua.
 
Tradicionalmente, las cuatro lagunas de la Reserva se secaban en septiembre y recobraban el agua en marzo, en función del balance entre las lluvias y la evaporación. Pero perdieron profundidad por la acumulación de sedimentos y, además, sufrieron largos períodos sin lluvias. Desde 2005, la sequía se hizo notar cada vez más. Y a mediados de 2008, por primera vez las cuatro se quedaron sin agua.
 
Ahora sorprende reencontrarse con los humedales de la Reserva. El agua es bombeada desde el Río de la Plata y corre por un conducto que la lanza en el canal Viamonte. Este canal circula a cielo abierto, hasta que otra bomba conduce el agua hasta otra tubería que la lleva la Laguna de los Coipos. Las bombas permiten el paso de peces, huevos y semillas. Además, se construyó un canal de desagote hacia el río, para que el agua circule y se renueve.
 
El consejo asesor técnico de la Reserva, integrado por las ONG Asociación Amigos de la Tierra, Aves Argentinas y Fundación Vida Silvestre, entre otras, venía impulsando la recuperación de las lagunas. Y apoyó el plan de llenarlas con agua del Río de la Plata, que había sido recomendado por un estudio de 2001 de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. La obra fue realizada por Dragados y Construcciones Portuarios S.A y costó $ 6.691.000. El proyecto fue dirigido por la Dirección General de Regeneración Urbana del Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño.
 
Antes de bombear el agua, se hicieron tareas de limpieza y aún hoy se sigue dragando el terreno de la laguna, que ocupa más de 20 hectáreas. Además, están haciendo otro canal para conectar la Laguna de los Coipos con la de los Patos, que después será vinculada con la de las Gaviotas. “Estimamos que las tres lagunas volverán a tener agua para fin de año”, dice Eduardo Haena, gerente operativo de la Reserva. Aún no hay obra prevista para la laguna de los Macaes.
 
La Laguna de los Coipos ya tiene 80 centímetros de agua. “El río está contaminado, pero en un grado que no afecta a la vida silvestre. Paulatinamente, las aves se van a ir acostumbrando”, cuenta Haena.
 
Antes de secarse, los espejos de agua ocupaban un tercio del predio de la Reserva Ecológica, que fue declarada Sitio Ramsar por ser un humedal de importancia internacional. Su vegetación es típica de la ribera del Plata y pampeana. Y fueron detectadas 298 especies de aves, incluyendo 87 acuáticas. El 1° de agosto, las autoridades de la Reserva, Aves Argentinas, la página Reserva Ecológica Costanera Sur y el Club de Observadores de Aves de la Reserva lanzaron un concurso para premiar a los primeros en fotografiar cada especie. Desde entonces, recibieron imágenes de 21 de ellas (ver Las especies…). Los que no regresaron fueron los coipos, roedores de los humedales autóctonos parecidos al castor: ahora se estudia implantar algunos criados en el zoológico.
 
“Buenos Aires tiene el privilegio de tener una de las reservas urbanas más importantes del mundo –subraya Santiago D’Alessio, director de Aves Argentinas–. Sus lagunas la convierten en un lugar extraordinario, por su gran diversidad de aves acuáticas. Que regresen muestra que el trabajo ha dado sus frutos. Ahora estamos esperando que aparezcan los cisnes de cuello negro, los flamencos, las espátulas rosadas y las garcitas azuladas”.
 
“Estos ambientes acuáticos son los que le dan a la Reserva un valor recreativo y educativo muy significativo para la Ciudad, porque permiten conocer una diversidad de fauna – explica Diego Moreno, director de Vida Silvestre–. Cuando los cuerpos de agua se estabilicen, va a empezar a haber mayor dinámica de seres vivos. Ojalá que estas obras estén acompañadas con un plan de inversión en programas educativos”.
 
“Sabíamos que con la vuelta del agua regresarían las aves acuáticas –afirma el ministro de Ambiente y Espacio Público, Diego Santilli–. En unos meses la laguna estará totalmente llena y podremos ver cada vez más. Y además inauguraremos nueva cartelería, con nuevos circuitos para los visitantes. Estamos también limpiando la costa para que la basura no se junte en la orilla, mejoramos los accesos, los baños y el mobiliario y ahora estamos trabajando en un centro de rescate de fauna y nuevos invernáculos de plantas autóctonas. La idea es que la Reserva, además de ser un paseo, se convierta en un centro de referencia educativo y de conservación de la fauna urbana”.

Clarín

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