En un video del buzo Pall Sigurdsson, un diminuto pulpo reticulado que nada por las aguas de Lembeh, Indonesia, aparece refugiándose dentro de un vaso de plástico desechable.
Los pulpos reticulados son conocidos por resguardarse instintivamente dentro de conchas y otros objetos naturales bajo el mar, pero esta criatura en particular tristemente halló refugio en el sitio más antinatural posible. Por suerte, Sigurdsson y su equipo estaban cerca para darle una mano. Pasaron horas bajo el agua asegurándose de que su nuevo amigo encontrara un hogar más adecuado.
“Pasamos toda un inmersión y casi todo nuestro suministro de aire salvando a este pulpo de un destino cruel”, dice Sigurdsson. “Mientras que una concha es buena protección, alguna anguila o lenguado podría tragarse el vaso con el pulpo dentro, matando al depredador o debilitándolo hasta el punto en que pronto será comido por un pez aún más grande.”
El video muestra a Siggurdsson y a otros buzos ofreciéndole al pulpo varias conchas diferentes, hasta que por fin cambia el vaso de plástico por un caparazón perfecto. “Durante mucho tiempo intentamos darle conchas con la esperanza de que cambiara de caparazón”, explica el buzo. “Los pulpos reticulados son muy particulares a la hora de elegir conchas, así que tuvimos que presentarle varias diferentes hasta que una le gustó”.