El santuario de aves más grande de Inglaterra, la Reserva RSPB Geltsdale, ha experimentado un crecimiento del 30% tras la adquisición de un nuevo terreno.
Este emblemático espacio, ubicado en la cordillera de los Peninos del Norte en Cumbria, ahora abarca 55 kilómetros cuadrados. Integra turberas, brezales, praderas y bosques que se extienden desde el fondo de un valle hasta la cima de Cold Fell, a 640 metros sobre el nivel del mar.
Un refugio para la biodiversidad y la conservación
Descrito como un lugar “rebosante de vida”, RSPB Geltsdale es reconocido por su extraordinaria biodiversidad. Propiedad de la Real Sociedad para la Protección de las Aves (RSPB), este santuario no solo es hogar del aguilucho pálido, una especie emblemática que aún se encuentra en su hábitat natural, sino que también acoge a una diversidad de aves como el urogallo negro, zarapitos, chotacabras, águilas pescadoras, avefrías y búhos campestres.
Además, Geltsdale ha sido declarado Geoparque de la UNESCO debido a sus formaciones geológicas únicas, lo que resalta su valor no solo para la fauna, sino también para el patrimonio natural. Beccy Speight, directora ejecutiva de la RSPB, afirmó: “Esta reserva será un modelo a gran escala para demostrar cómo es posible recuperar la fauna silvestre y protegerla. Ningún otro sitio en Inglaterra tendrá una reserva de aves comparable en términos de tamaño y diversidad”.
Innovación en la gestión de la reserva
Aunque Geltsdale evoca una imagen de la Inglaterra antigua y prístina, la RSPB está implementando innovadoras tecnologías para abordar los desafíos de conservación. Por ejemplo, se está desarrollando un sistema de cercado invisible monitoreado por GPS para gestionar el pastoreo del ganado local.
Este método, que utiliza collares que emiten un sonido progresivamente más fuerte si los animales se acercan a una línea delimitada, evita la instalación de cercas físicas, que pueden representar un peligro para aves como el urogallo negro.
Dave Morris, director de operaciones de la RSPB en Cumbria y el noreste de Inglaterra, explicó que el trabajo en conjunto con los ganaderos locales será clave para garantizar la compatibilidad entre las actividades humanas y la protección de las especies del área.
Además, la reserva ha puesto fin a prácticas tradicionales como la quema de brezos y el drenaje de los páramos, buscando restaurar por completo el ecosistema a su estado natural.
RSPB Geltsdale representa un claro ejemplo de cómo los esfuerzos de conservación y la innovación pueden trabajar juntos para proteger la biodiversidad y restaurar hábitats naturales. Su expansión no solo refuerza su impacto ambiental, sino que lo convierte en un santuario único para aves y vida silvestre en Inglaterra.
*Con información de The Guardian
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