La garza blanca se caracteriza por sus largas patas y cuello en forma de S. Habita a lo largo de todo continente americano, en otras regiones del mundo y su hábitat ideal es cerca del agua, dulce o salada.
Esta ave es muy pintoresca por su elegancia y sus hábitos de alimentación. La forma en que la garza blanca caza a sus presas consiste en permanecer quietas durante largos periodos, a la espera de que el animal se acerque lo suficiente.
El pico de la garza es el arma letal con el que lograr pescar, ya que la golpean con él y tragan la pieza entera. En general prefieren los peces, pero cuando estos están en falta, pueden usar métodos parecidos para engullir reptiles, ratones y otros animales pequeños.
Es muy común ver a este pájaro cerca de las lagunas y en zona de esteros. Anidan en árboles y viven en colonias numerosas en las que pueden sumarse otras especies de garzas. Son animales monógamos y tanto el macho como la hembra incuban entre tres y cuatro huevos.
Un detalle no menor es que, cuando son jóvenes, ciertos ejemplares se tornan muy agresivos en el nido y puede pasar que las más fuertes lastimen y maten a sus hermanos más débiles. No todos logran desarrollar la capacidad de volar.
Así como la paloma es el símbolo de la paz, la garza blanca es el símbolo de la National Audubon Society, que es una ONG dedicada a la conservación de la naturaleza y representa el éxito de la protección animal.
Plumas que son tesoro
La belleza de la garza blanca se basa en sus hermosas plumas. Sin embargo, no todo fue color de rosas para esta especie, ya que en el siglo XIX en América del Norte los cazadores las atacaban para usar su plumaje en el mercado de la moda femenina.
En Argentina se las puede ver en muchas de las lagunas bonaerenses donde comparten hábitat junto a otros pájaros, como el chajá. En la Patagonia es posible verlas también muy cerca de los ríos de montaña.