A través de un estudio, los investigadores Miguel Ángel García Villafuerte, Gerardo Carbot Chanona, Gustavo Rivera Velázquez, Esteban Pineda Diez de Bonilla y Wilfredo A. Matamoros, describieron una nueva especie de araña fósil, Phycosoma icti: un espécimen macho y adulto, hallado en un trozo de ámbar del Mioceno inferior de las minas Montecristo, Simojovel de Allende.
En una entrevista, García Villafuerte, biólogo y especialista en arañas, indicó que el valor que representa el descubrimiento de esta araña, es que en Chiapas tiene al único representante fósil del género Phycosoma.
Así mismo, este organismo no ha sido registrado en ningún otro repositorio ambaristico del mundo, lo que conlleva a la elaboración de nuevas preguntas e hipótesis de investigación.
Este organismo hasta el momento es el representante más antiguo del género, desde el punto de vista científico conlleva a otras áreas como el taxonómico, paleobiogeográfico y biogeográfico, de alguna manera abre la puerta a nuevas investigaciones sobre el Phycosoma icti, detalló el investigador.
García Villafuerte compartió que al entrevistar a Valentín Gómez, quien tenía a su resguardo la pieza, le dijo que esta se iba a ir a otro lugar, pero al saber que el investigador no lo quería para fines de comercialización, se lo dejo a un costo que pudo cubrir.
Pues, así como Gómez, en Simojovel hay otras familias que se ven en la necesidad de vender las piezas y al no haber una regulación legal en cuanto a los fósiles en ámbar, tienen la facilidad de ponerles un precio, así son adquiridos por coleccionistas privados o personas del extranjero, lo que representa una fuga impresionante de material.
Hay un dato histórico, alrededor de 1950 se descubren los primeros fósiles que fue una abeja y un escarabajo, desde esa fecha hasta el año 2000, ambareros y artesanos han vendido estas piezas a coleccionistas privados o se han ido al extranjero, el resultado es una fuga de conocimiento, además forman parte del patrimonio de Chiapas, expuso el biólogo.
En ese sentido, subrayó que desconoce si llegar a existir una regulación de manera legal, pero comentaba con un investigador que lo que se podría hacer es darle continuidad a este tipo de proyectos, en donde se rescatan piezas de ámbar con inclusiones fósiles para que se queden en el Estado.
Origen del nombre
Por otro lado, el especialista comentó que detrás de cada publicación científica que realizan las personas que se dedican a la investigación, hay una historia y actores, en este caso uno de los principales es el Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación (ICTI) de Chiapas.
Cerca del 2019, cuando trabajaba para el Museo de Paleontología «Eliseo Palacios Aguilera», metió una propuesta de proyecto que instaba al rescate de material fósil, en especifico piezas de ámbar con inclusiones fósiles de arañas.
“Nos aprobaron el proyecto y todo fue vaciado en el municipio de Simojovel de Allende, porque contratamos mineros y personas que trabajaran dentro del proyecto. Fortalecimos un poco la economía de algunas familias que de alguna manera resguardaban estas piezas de ámbar”, dijo el investigador.
En la actualidad con ayuda del ICTI, la araña integra las casi 40 piezas que ha rescatado el Instituto y se encuentra resguardada en la colección paleontológica del Museo de Paleontología de la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural (SEMAHN).
Para el 2021, gracias a las amistades que formó con ambareros y artesanos de ese municipio, estos le enviaban fotografías de piezas con arañas, pues además de joyería venden piezas fósiles, al no haber una regulación legal en los fósiles incluidos en ámbar.
“Lo primero que preguntaba era el precio, les pedía cierto tiempo para cubrir el costo. Me surgió la idea de solicitar un recurso al Instituto para continuar con el rescate. Así fue como el año pasado, me entregaron de manera personal un apoyo con el que rescatamos otras piezas de ámbar con inclusiones fósiles de arañas”, añadió García Villafuerte.
De tal manera, también fortaleció un poco la economía de algunas familias de Simojovel, así como las colecciones paleontológicas como la del Museo de Paleontología, y tienen material para continuar estudios de carácter paleontológico.
Así pues, señaló que el material muchas veces se va al extranjero, algo que a sucedido por mucho tiempo; los fósiles se descubrieron en 1950, de ese año a la fecha, miles de piezas fósiles han salido fuera del país para formar parte de colecciones particulares.
El ICTI volteó a ver la fuga de material fosilífero y con una solicitud que realice de carácter personal, se da el rescate e interés, no solo por el impacto social y económico, también por el científico paleontológico. Tome la decisión de dedicarle esta nueva especie al Instituto, concluyó el especialista.