Siempre nos llaman la atención los animales que se diferencian de sus semejantes por alguna característica. Una de las más llamativas y que más fácilmente se detecta es la del albinismo. Este es el caso de Pearl, un caimán albino que hay en Orlando, en los Estados Unidos.
Sólo existen una docena de caimanes albinos en todo el mundo. Igual que en el caso de los humanos que tienen albinismo, los animales con esta condición genética no tienen pigmentación de la piel, de los ojos o del pelo, en el caso que tengan.
Esta falta de pigmentación en piel y ojos provoca que los animales albinos sean más sensibles a la luz ya que tienen una exposición excesiva a la luminosidad. Eso les obliga a protegerse más del sol para no sufrir las consecuencias de su falta de pigmentación en la vista y en la piel.
Además, a muchos animales sus colores les sirven para camuflarse en su entorno y pasar desapercibidos en su hábitat natural, ya sea para poder atrapar a sus potenciales presas para alimentarse o para esconderse de sus depredadores y sobrevivir. Así pues, la falta de pigmentación les dificulta su supervivencia.
Pearl se puede ver en Gatorland, un parque dedicado a los caimanes y cocodrilos que hay en Orlando, en el estado de Florida. El caimán blanco tiene diez años, pesa casi cincuenta kilos y mide más de 2’2 metros de longitud. Su nombre, Perla, lo debe a su absoluta ausencia de pigmentación.
El cocodrilo, que llegó al parque cuando tenía tres años, tiene toda la piel y los ojos completamente blancos. Otro animal “famoso” por su albinismo fue Floquet de Neu, el gorila que pasó la mayor parte de su vida en el Zoo de Barcelona. A diferencia del caimán, Floquet es el único gorila albino documentado de la historia.