La diferencia entre las terminales para personas y la Terminal ARK para animales en el aeropuerto internacional de Nueva York John F. Kennedy hace que quienes envidiaban a los viajeros de primera ahora extiendan sus suspiros en dirección a la zona cerca de las pistas donde se recibe a las mascotas que vuelan.
Los dueños que llevan a sus perros y sus gatos en los aviones se sienten aliviados: en todos los demás aeropuertos del mundo los animales suelen tener que estar en la terminal seis horas antes, recibir gotas sedantes, viajar en la bodega en un sector presurizado pero frío y, si la suerte es mala, pasar horas de terror con su jaula frente a la de una fiera hostil.
Desde que las aerolíneas comenzaron a cobrar por las maletas, los refrigerios y unos centímetros más de espacio en la cabina económica, el negocio de ventas a bordo se sofisticó al punto que en marzo se inaugurará esta ‘primera terminal aeroportuaria para animales de propiedad privada y funcionamiento 24/7’.
John y Beth Cuticelli comenzaron el emprendimiento que costó 65 millones de dólares y ocupa 16.500 metros cuadrados, por donde el matrimonio espera ver pasar cada año 5 mil caballos, 10 mil perros y gatos y cientos de miles de aves.
‘El ARK reemplazará a Vetport, una instalación obsoleta que abrió en 1951 y que no ha sido amable con los animales’, afirmó el dueño del lugar.