El bisonte es el nuevo rey de los bosques vírgenes de Rumanía desde que fue reintroducido recientemente en la naturaleza tras ser declarado extinto hace unos 200 años.
Desapareció a mediados del siglo XIX debido a la intensa caza. Pero el bisonte es una de las llamadas “especies paraguas”, ya que permite que prosperen tanto la flora como la fauna de su entorno.
Por ello, los conservacionistas y las ONG se han esforzado para recuperarlos.
“Tenemos un proyecto que se prolongará hasta mediados de 2024 y nuestro objetivo es llegar a 75 bisontes… creemos que es posible, y esperamos superar esta cifra porque dentro de poco nacerán más crías”, comenta a Euronews Calin Serban, especialista en conservación de la Fundación Cárpatos en Rumanía.
“Formamos parte de un proyecto europeo apoyado por la Comisión Europea y su objetivo es restaurar los ecosistemas dañados”, explica Victoria Donos, directora de comunicación del grupo FCC en Rumanía.
“El bisonte es conocido como una “especie paraguas” debido a sus hábitos alimenticios: es un herbívoro, por lo que mantiene la salud de los pastos y crea espacio, microhábitats, para otras especies. Podemos decir con orgullo que Rumanía es uno de los pocos países donde el bisonte ha vuelto a encontrar su lugar en el hábitat natural”, dice por su parte Adrian Aldea, director de Rehabilitación de la misma entidad.
Hyphen, por ejemplo, el primero de los 28 bisontes adultos liberados en la naturaleza en las montañas de Rumanía. Pesa casi una tonelada, como puedes ver es un animal enorme y tenemos mucha suerte de conocerlo ahora ya que es el bisonte más amigable de la manada.
Los Cárpatos del Sur son un importante patrimonio natural del viejo continente y los bosques vírgenes de Rumanía representan el 65 % de la superficie total que queda en Europa en la actualidad.
“Rumanía tiene muchos recursos naturales, tiene enormes recursos de madera, el mayor bosque mixto que queda en Europa, pero tenemos que regular y gestionar de forma sostenible los árboles, replantar con los adecuados, y asegurarnos de que la próxima generación herede un bosque más grande que en el que tenemos ahora”, sostiene Charlie Ottley, conservacionista.
