Finaliza un año absolutamente atípico: un virus derivó en una pandemia que cambió nuestra vida, tal como la conocíamos. Sin embargo, hubo gente que no bajó los brazos en su respectivo quehacer, más allá de la adversidad. En materia de ambiente y conservación de los espacios naturales hubo grandes retrocesos, pero también impresionantes avances, como el proyecto de cruza del yaguareté.
El 2020 nos dejó como saldo la importante pérdida de ambientes y ecosistemas, con la sequía, la pronunciada bajante de los ríos, el avance de la frontera agrícola, la deforestación que nunca se detuvo, los incendios de pastizales, que agravaron el panorama en buena parte de la geografía nacional, de la que no estuvo ajena la provincia del Chaco.
A pesar de las complicaciones, el trabajo en las áreas protegidas nunca se detuvo: se trabajó en apagar incendios, en el control y fiscalización de la caza furtiva y la pesca ilegal, tanto como la elaboración de un plan de gestión para el Parque Nacional El Impenetrable y los Parques Provinciales Fuerte Esperanza y Loro Hablador. Se trabajó en terreno, tanto como en la virtualidad.
Las comunidades residentes nunca dejaron de recibir capacitación en oficios y servicios turísticos. La presentación de propuestas para la prestación de servicios de ecoturismo con estándares de calidad, rindió sus frutos con el acceso al financiamiento para la adquisición de distintos elementos como carpas, bicicletas y kayaks que serán utilizados cuando se reactive la actividad turística.
A comienzos de diciembre se firmó un contrato para la construcción del primer mirador, como infraestructura complementaria para las actividades recreativas y de investigación como la observación de aves, en torno al Parque Nacional El Impenetrable.
Párrafo aparte merece la concientización, que se hizo y la que se tiene que seguir haciendo sobre la necesidad de preservar vivos a nuestros animales y en particular al yaguareté. Trabajo de gran aliento en una sociedad que tiene internalizada la cultura de la cacería, al punto que esta da origen al nombre de la provincia: Chaco, territorio de caza.
Cambiar este paradigma, supone cambiar costumbres y tradiciones, en el entendimiento que la observación de fauna puede transformar positivamente la economía de toda una provincia que tiene mucho para ofrecer, a partir del desarrollo de emprendimientos de ecoturismo.
Por estos días está finalizando una importante capacitación a cargo de la ONG Proyecto Yaguareté para el personal que trabaja en territorio: guardaparques provinciales, nacionales, técnicos de entidades gubernamentales y ONG’s, que están en contacto con registros de huellas y avistajes de yaguareté. La importancia de esta capacitación radica en la capacidad de poder brindar respuestas frente a conflictos con los productores, informando sobre la necesidad de no cazar a los tigres y anticipando los problemas de conservación y otras situaciones.
El 2019 fue el año en que se colocó el radio collar al yaguareté salvaje Qaramta. Que permitió grandes avances en la investigación, igual que la información aportada por las cámaras trampa. En el 2020 se pudo avanzar con el registro de nuevas huellas de otros ejemplares de tigre criollo, en el Chaco Seco.
Pero acaso la experiencia más ambiciosa se está realizando dentro del Parque Nacional El Impenetrable, con el proyecto de cruza del yaguareté, entre Tania (una hembra de cautiverio) y Qaramta (un macho silvestre). Con la unión de ambos felinos se busca obtener nueva descendencia, que signifique un aumento de ejemplares en la menguada población de la región chaqueña.
El mayor deseo en el que seguramente todos los chaqueños van a coincidir en un brindis por la conservación, es que para el 2021 se pueda producir la descendencia Entre Tania y Qaramta, con crías que representen un núcleo poblacional del yaguareté en el Parque Nacional El Impenetrable y la esperanza de la repoblación de la especie.
Todas las voces y un mismo compromiso para la preservación del yaguareté
Ariel Ybarra, presidente del Instituto de Turismo del Chaco dice: “Recomponer la fauna emblemática obviamente que está directamente relacionada a la actividad turística y puntualmente al turismo de naturaleza que entendemos como una de las grandes potencialidades que tiene nuestra provincia. Por supuesto que la experiencia turística no está completa solo con el avistaje de flora y fauna, sino a partir de la interacción y las posibilidades de vivir experiencias transformadoras con las comunidades locales”.
En tanto, Nicolás Lodeiro Ocampo, director de Red Yaguareté apunta: “Nuestra meta es que todos ganemos: que los ganaderos puedan continuar con su trabajo y los yaguaretés viviendo en los montes. El secreto es bajar la conflictividad, buscando armonizar la convivencia de intereses como forma de superar el conflicto”, dijo en relación a la solución que representa la utilización de cercas eléctricas para aislar a los rodeos, del yaguareté.
Verónica Quiroga, bióloga, investigadora del Conicet describe: “Claramente tenemos que mejorar estos números poblacionales, si queremos que la especie sobreviva a largo plazo. Hay que atacar de manera urgente las causas que han hecho que la especie decline de esta manera como la cacería y el desmonte para que se pueda empezar a recuperar”.
Por su parte, Marta Soneira, secretaria de Desarrollo Territorial y Ambiente sostiene que “el yaguareté representa el orgullo de lo que fue y de lo que tiene que volver a ser. Es un monumento natural que toda la ciudadanía tiene que cuidar porque nos representa a nosotros y representa el futuro de la Provincia del Chaco”.
En la mirada de Juan Garibaldi, delegado regional de la Administración de Parques Nacionales para el noreste argentino “estos logros pequeños y continuados son fruto de las decisiones sostenidas que ponen a la conservación como política de Estado y dentro de los objetivos institucionales; tanto la Fundación Rewilding Argentina en la realización del proyecto, como la provincia del Chaco en la decisión estratégica de crear el Parque Nacional El Impenetrable han sido, son y serán socios estratégicos de la Administración de Parques Nacionales para proteger los recursos naturales comunes del Impenetrable chaqueño”.
Asimismo, Leonardo Juber, intendente del PN El Impenetrable “todos están de acuerdo en que obviamente es útil que Tania quede preñada, pero nosotros tenemos muy claro que solo valdrá la pena en tanto se fortalezcan las áreas protegidas y la conectividad entre ellas. Si no tenemos territorio en buen estado de salud, si continúan la deforestación y la pérdida de hábitat, si sigue habiendo cacería, el esfuerzo no servirá de nada”.
Mientras que Sebastián Di Martino, Director de Conservación de Rewilding Argentina, calrifica que “Qaramta debe convertirse en la voz de los últimos yaguaretés chaqueños y en el germen de su recuperación. La observación pasiva de los acontecimientos terminó con los tigres de la Patagonia, de la Pampa, de muchos de nuestros parques nacionales. La no acción ya no es una opción y Qaramta dejó de ser un fantasma para recordárnoslo”.
A su turno, Daniel Somma, presidente del Directorio de Parques Nacionales expresa: “Vamos a seguir apoyando a los proyectos de interacción con ONG’s que determinan la mejora del estatus de conservación de las especies pero que también hay que seguir trabajando en los elementos de planificación territorial para mejorar la calidad de hábitat y de los ecosistemas”.
Por último, y coincidiendo con todos, Jorge Capitanich, gobernador del Chaco sintetiza: “Nosotros estamos trabajando con organizaciones no gubernamentales para la protección del yaguareté. En este sentido nos han presentado identificación del mismo y a su vez también la potencialidad para la preservación de la especie y la recría, que eso es lo que estamos promoviendo”.