El turismo y la deforestación harán que más virus de animales pasen a los humanos

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Las zoonosis son las enfermedades infecciosas que se transmiten de los animales a las personas. El coronavirus es la cuarta pandemia de origen zoonótico del Siglo XXI. El SARS, la gripe Aviar (H5N1), la gripe porcina (H1N1) y ahora el COVID-19. Luego del cambio de milenio, los especialistas eran optimistas. Consideraban que las enfermedades originadas en los países orientales, alejados y con otras costumbres, no podrían afectar en Occidente si se establecían protocolos adecuados y gracias a sus desarrollados sistemas sanitarios y a la especialización de su profesionales médicos. Se equivocaron, claro, y la evidencia apunta a que ésta no será la última vez.

Sarah Gilbert es la científica que lidera un equipo de 300 personas que trabaja en la vacuna de Oxford-AstraZeneca. Logró “avanzar muchos de los pasos del desarrollo de una vacuna que normalmente toman unos cinco años”. “Y lo hemos hecho en cuatro meses”, añadió. Es que de las más de 136 candidatas, su vacuna es una de las pocas que se encuentran en la fase clínica final de estudios, la tan ansiada Fase 3. En la carrera para poner fin a la pandemia, el desarrollo de Gilbert está catalogado como uno de los más avanzados en todo el mundo.

Y ahora, en diálogo con The Independent, la científica inglesa advirtió que es posible que haya más brotes de origen zoonótico en el futuro, debido a factores que hacen que los virus se propaguen más rápido, como el aumento poblacional, los viajes internacionales y la deforestación.

Actualmente se desconoce el origen exacto de COVID-19, pero el consenso científico apunta a que todo comenzó en murciélagos antes de saltar a otro animal que luego se lo pasó a las personas.

Gilbert, del Instituto Jenner de Oxford, dijo al medio británico: “Debido a la forma en que han ido las cosas en el mundo, es más probable que tengamos infecciones zoonóticas que causen brotes en el futuro. Mayor densidad de población, más viajes, deforestación: todas estas cosas hacen que sea más probable que ocurran estos brotes y luego algo se propague”.

En julio, la ONU compartió un informe que advirtió precisamente sobre este tema, e hizo hincapié en que los brotes de tales infecciones seguirán en aumento a menos que se realice un trabajo de conservación para proteger la vida silvestre. El documento analiza el impacto del tráfico ilegal de especies protegidas, un delito que mueve miles de millones de dólares cada año y que atrae al crimen organizado porque en muchos países las penas con las que se castiga son muy bajas.

La transmisión de enfermedades de animales a humanos se facilita, entre otras causas, por la destrucción del ecosistema y el comercio de flora y fauna salvaje. “Los vínculos entre la crisis sanitaria global y la explotación ilegal de la naturaleza han estado en el foco desde que se sugirió que los ‘mercados húmedos’ que venden animales salvajes, en este caso el pangolín, pueden haber facilitado el paso de la COVID-19 a humanos”, señaló la directora de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (ONUDD), Ghada Waly.

El pangolín -vinculado por los científicos como uno de los orígenes del coronavirus- es el mamífero salvaje protegido más traficado del mundo porque en Asia se aprecia tanto su carne como sus escamas para la medicina tradicional.

La profesora Delia Randolph, epidemióloga veterinaria y autora principal del informe de la ONU, describió una “tendencia muy clara” desde la década de 1930 que mostraba que el 75 por ciento de las enfermedades humanas emergentes provenían de la vida silvestre. La destrucción de los hábitats de los animales los obliga a tener un contacto más estrecho con los humanos, lo que aumenta el riesgo de transmisión de enfermedades.

Según la OMS, cerca de mil millones de casos de enfermedad y millones de muertes ocurren cada año por zoonosis, mientras que el 60% de las enfermedades infecciosas que son reportadas a nivel global han saltado de animales a humanos.

Por otro lado, Gilbert, que participó en el desarrollo y las pruebas de una vacuna universal contra la gripe, también cree que en el futuro habrá un brote de otra potente cepa de gripe, similar al observado durante la temporada 2017-18: “Habrá otra pandemia de gripe en el futuro. Volverá a aparecer, pero no sabemos qué subtipo de gripe será”.

Según dijo en declaraciones a The Independent, ella “estaba trabajando en una vacuna universal contra la gripe que funcionaría contra todos los tipos de gripe, ya sea H1N1, H3N3, [o] H7N7”. La creación de esta vacuna única para todos, agregó, significaría que “no necesitaríamos saber de antemano” sobre el subtipo viral. Hasta ahora no ha habido una vacuna universal contra la gripe aprobada para uso general.

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