La situación parecía grave para una jirafa recién nacida, abandonada y rescatada hacía una semana por trabajadores de vida silvestre en Sudáfrica. Jazz, salió de un coma y se recuperó de la salud bajo la atención de su nuevo mejor amigo Hunter, un perro guardián en el centro de rehabilitación de vida silvestre.
El sentimiento es mutuo. Hunter, que también colabora con los esfuerzos contra la caza furtiva, se ha “enamorado perdidamente” de Jazz, según una publicación del centro encargado de Jazz, el Orfanato de rinocerontes en la provincia de Limpopo.
“Justo cuando pensábamos que no podría ser más lindo, dulce y conmovedor, esto sucedió”, escribió el centro sobre un video de la pareja acariciándose, agregando que el vínculo entre los animales es “asombroso”.
Hunter, un belga malinois, “permanece en la habitación todo el día con Jazz” y ni siquiera permite que su hermano Duke se acerque, según el centro. Hunter estaba tan triste cuando Jazz estaba en coma que “no quería comer”.
Con la ayuda de Hunter, Jazz se está recuperando, e incluso está probando algunas hojas de Acacia.
Un nuevo libro, “El perro es amor: por qué y cómo tu perro te ama”, argumenta que no son las habilidades cognitivas de los perros o sus increíbles lazos con los humanos lo que los hace sobresalir en el mundo animal, sino su capacidad para conectarse con un número de especies diferentes. El autor y psicólogo de la Universidad Estatal de Arizona, Clive Wynne, cree que los perros tienen una capacidad única de amor entre especies que forma parte de su genoma.