Una nueva camada de funcionarios locales españoles están destinando a fines educativos y de otros tipos, los subsidios que eran para fomentar la tauromaquia.
El alcalde Julián Bolaños anunció recientemente que los 18 mil euros que tenía en los fondos públicos para las corridas de toros los invertirá en textos escolares y otro material educativo.
Días antes, su nuevo contraparte izquierdista en la ciudad de La Coruña retiró 50 mil euros que tenía en subsidios para la fiesta taurina y prometió darles un destino más adecuado.
Las medidas podrían parecer sorprendentes en un país donde las corridas de toros son un ingrediente emblemático de la cultura y un evento tradicional en los festivales veraniegos de casi toda ciudad, pero no son inusuales.