Estudian a un cangrejo invasor y hostil que llegó a la costa rionegrina

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Las alarmas se encendieron en la comunidad científica de la costa atlántica rionegrina por la aparición de un cangrejo exótico, con fama de hostil y comprobados antecedentes de carácter invasor, con riesgo de alterar los ecosistemas naturales.

El forastero es conocido como Cangrejo Verde Europeo (Carcinus maenas su nombre científico) por las tonalidades de ese color con manchas blancas en su caparazón. Puede alcanzar el tamaño de una mano de un adulto y no es apreciado como alimento, por lo que carece de valor comercial, al menos por ahora.

Hace no más de tres años ejemplares de este crustáceo fueron detectados en la región, pero fue en el último verano en que se vio una cantidad extraordinaria, fundamentalmente en la ría de San Antonio Oeste, que integra el Área Natural Protegida Bahía San Antonio.

Hace pocos meses atrás el biólogo marino Leandro Hunicken, becario post doctoral del CONICET junto a Micaela Miuller estudiante de la carrera que se dicta en esa localidad rionegrina, iniciaron una investigación partiendo de la distribución y abundancia de individuos.

La labor tuvo como punto de partida la ría y el denominado canal del Indio, que se extiende por la parte sur de la ciudad, y en los sectores de restinga de Las Grutas.

“Es una especie exótica e invasora que alcanza grandes densidades y puede generar impactos. En algunos lugares donde ha invadido, al ser un depredador importante, sobre todo de bivalvos –que pueden tener importancia pesquera- como almejas, mejillones”, explicó el profesional.

Precisamente la posibilidad de que afecte especies de interés productivo será el objetivo del estudio complementario que comenzarán a realizar en el transcurso de este año y con una en particular: el pulpito patagónico que se captura con una técnica artesanal que se transmite de generación en generación.

El biólogo indicó que parten de la presunción de que el cangrejo no come pulpos sino lo contrario: el pulpo habitualmente se alimenta de cangrejos. Pero de todos modos puede causar perjuicios al competir por los lugares de refugio, cuevas y otras oquedades en las rocas donde viven y se crían los pulpos.

“Es una interacción compleja que estamos viendo”, precisó Hunicken, quien también ha realizado estudios sobre la ostra cóncava del Pacífico, introducida en Argentina con fines de cultivo en 1982 en San Blas, provincia de Buenos Aires, desde donde se expandió.

“Explosión demográfica”

A principios del año pasado comenzaron a observarse en la ría sanantoniense cuerpos sin vida de estos cangrejos desconocidos.

Vecinos observadores e instituciones lo advirtieron. La Fundación Inalafquen fue una de ellas y lo expresaron en un comunicado en el que resaltan que podría afectar a las aves playeras si los cangrejos autóctonos, que son parte de su dieta, son desplazados por los intrusos.

También lo habían notado científicos del Centro de Investigación Aplicada y Transferencia Tecnológica en Recursos Marinos Almirante Storni (CIMAS) dedicados a otros estudios de campo en sectores costeros habían advertido la presencia de “carcazas” (exoesqueletos) que el mar arrastraba hacia la costa. Pero no los habían visto vivos, salvo uno pequeño que encontró una investigadora.

Pero este último verano aparecieron repentinamente una cantidad que alarmó. “De golpe se produjo una explosión demográfica”, resaltó Hunicken.

Sostuvo que el fenómeno se observa fundamentalmente en la ría, donde los ejemplares verdes abundan más que los dos tipos de cangrejos nativos existentes como el denominado Cavador (Neohelice granulata) y el cangrejo de las rocas (Cyrtograpsus Angulatus).

“Lo que más se ve por lo general es Cangrejo Verde, más que otros naturales de la zona”, resaltó Hunicken.

De donde vienen

El Cangrejo Verde es nativo de la zona noreste del océano Atlántico y el mar Báltico y se ha expandido a distintos continentes

El sitio argentinat.org, impulsado por la Fundación Vida Silvestre Argentina con apoyo de la National Geographic Society, indica que a Argentina llegó hace poco más de 20 años. En 2015 lo detectaron en el golfo San Jorge, que comparten Chubut y Santa Cruz, desde donde se propagó hacia el resto de la Patagonia.

Se presume que se trasladó en el agua de lastre de los barcos que provienen de distinta parte del mundo.

“El lastre.es una de las principales vías de introducción de especies exóticas marinas”, sostuvo el científico rionegrino.

Luego las corrientes marinas arrastró la especie a otras zonas de la Patagonia. Fue avanzando hacia el norte. Se lo ha detectado en Punta Bermeja, en cercanías de El Cóndor, el balneario de Viedma, por lo que superó la línea del golfo San Matías.

Argentinat.org precisa que este crustáceo habita en zonas intermareales y submareal, sobre fondos rocosos o blandos, y se alimenta de bivalvos, gasterópodos, poliquetos, crustáceos y algas, compitiendo con otros cangrejos nativos.

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