En un remoto bosque de Gabón, docenas de personas se han agrupado para ver cómo un par de hombres construyen una valla. A primera vista, no parece nada extraordinario, pero se trata de un proyecto pionero que podría salvar la vida de miles de elefantes y humanos.
Al contrario que muchos occidentales, los gaboneses odian a los elefantes porque a menudo destrozan sus campos y se comen sus cosechas. Para evitarlo, el gobierno de este país centroafricano ha empezado a construir cercas eléctricas alrededor de varios parques nacionales con la esperanza de mantener a los animales a raya.
Se trata de un problema único en el continente. África ha perdido la mitad de sus paquidermos en los últimos 20 años, sobre todo en zonas selváticas. Los elefantes de bosque (más pequeños y peludos que los de sabana) están al borde de la extinción a causa de la caza furtiva de marfil. Hace tan solo una década, la República Democrática del Congo albergaba 500 mil elefantes, hoy solo quedan 3.000.
Gabón está cubierto de bosque tropical pero solo tiene unos dos millos de habitantes, lo que lo convierte en un santuario perfecto para animales. Hoy en día, Gabón es el hogar de 75% de los elefantes selváticos de África, unos 45 mil. Y a pesar de ser más pequeños, son muy voraces. Un solo elefante puede destrozar una plantación entera de mandioca o plátano en cuestión de minutos. Y cuando atacan en grupo, dejan a poblados enteros sin comida.
El creciente resentimiento de la población rural también amenaza la supervivencia de los animales ya que, a falta de cosecha, algunos locales se ganan la vida ayudando a cazadores furtivos venidos del vecino Camerún.
‘Es crucial que minimicemos el conflicto entre los hombres y los animales’, afirmó el profesor Lee White, director de Agencia Nacional de Parques Nacionales de Gabón. ‘Si protegemos a los campesinos, estarán mas motivados para ayudarnos a proteger a los elefantes’, explica.
La primera valla del programa se está construyendo cerca del parque natural de La Lopé, en el centro del país. Los 50 km de alambre electrificado protegerán cinco hectáreas en las que los pueblos vecinos podrán cultivar lo que necesitan para sobrevivir sin miedo a los elefantes. La tecnología ya ha sido probada en Kenia, donde expertos determinaron que la combinación más eficiente son dos metros de altura y un shock eléctrico de 8 mil voltios. La cerca también estará equipada con cámaras para ver cómo reaccionan a ella los paquidermos.
Si la iniciativa funciona, Gabón podría ser un ejemplo de conservación para muchos otros países.