El Proyecto Ballena Franca Austral de la Fundación Cethus tiene como fin evaluar la presencia de la especie fuera de las áreas conocidas de reproducción y tratar de establecer sus rutas migratorias, tal como se viene haciendo desde hace más de 10 años en la provincia de Santa Cruz.
‘No sabemos por qué comenzaron a aparecer en Miramar, ni desde cuándo. No sabemos si podría ser una ruta migratoria hacia el norte o hacia la Península Valdés, y para saberlo necesitamos censar las ballenas. El año pasado firmamos un convenio con la Municipalidad de General Alvarado para comenzar a investigar estas razones que desconocemos’, dijo hoy a Télam Jimena Belgrano, responsable del proyecto Ballena Franca Austral de la Fundación Cethus.
El apoyo de la Municipalidad consiste en avisar cuándo aparecen estos cetáceos, en pasar información de los lugares por los que se los ve y en dar apoyo logístico para su estudio.
La investigadora explicó que se hacen sobrevuelos para observarlas y fotografiarlas: ‘Los cascos o sombreros que estas ballenas llevan en la cabeza, son como nuestras huellas dactilares, no hay uno igual a otro, y así se las identifica y se las sigue’.
Belgrano contó que de esa forma, en los últimos 40 años, se han identificado más de 3.000 ejemplares en Península Valdés y que lo propio se está haciendo en Santa Cruz desde el año 2000.
Respecto a si el avistaje turístico de las ballenas en Miramar podría perjudicar las investigaciones que comenzarán en octubre próximo, aseguró que ‘si se hace desde la costa, no; pero si se usan barcos o aviones, habría que analizarlo. Si estuvieran buscando nuevas áreas de reproducción, podrían irse’, explicó.
La investigadora dijo que ‘en Mar del Plata también se ven, pero la gente no se ha dado cuenta porque simplemente no miran el mar, sino la playa’; y agregó que ‘en Caleta Olivia hemos visto delfines a pesar de que los lugareños dicen que no hay’.
Finalmente, Jimena Belgrano contó que la ballena Franca Austral se alimenta de krill, un crustáceo que abunda en la Antártida, pero que sólo lo hace en verano. ‘Mientras se reproducen, durante el invierno, permanecen en inanición y viven de sus propias reservas de grasa’, reveló.
Desde su creación en 1992, las principales actividades de la Fundación Cethus se centran en el campo de la investigación, la educación, la divulgación pública y en el apoyo a las autoridades y actores relevantes en la elaboración e implementación de políticas de gestión de los recursos marinos.
El cronograma de trabajo en esta instancia del proyecto que se focalizará en Miramar, comprende entre otras actividades trabajos de campo planificados entre el 3 y el 14 de octubre próximo, así como charlas a instituciones educativas y público en general interesado en la temática.
La ballena Franca Austral (Eubalaena australis) fue extensamente cazada durante los siglos XVIII y XIX, llevándola casi a la extinción, pero desde 1986 se encuentra protegida por la Comisión Ballenera Internacional, y muestra signos de recuperación.
En 1984, en Argentina, fue declarada Monumento Natural Nacional, la mayor categoría de protección que se le pueda dar a una especie y en 2003, Monumento Natural Provincial, por Santa Cruz.
Argentina es mundialmente conocida por la presencia de ballenas Franca Austral que todos los años visitan las aguas de Península Valdés, Chubut, para reproducirse y dar a luz a sus crías.
Los estudios que desde hace más de 40 años se realizan allí sugieren un crecimiento anual del 5,1%.
Este cetáceo mide entre 15 y 17 metros, las hembras son más grandes que los machos y su peso oscila entre 35 a 40 toneladas. Su gestación dura un año y al nacer, entre junio y mediados de octubre, las crías pesan una tonelada.
Su distribución es exclusiva del Hemisferio Sur: durante el invierno y la primavera, son observadas frente a las costas del Brasil, Uruguay, Argentina y Chile, así como frente a Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda. También en las Islas Malvinas, Orcadas y Georgias del Sur.
La mayor información que se tiene de la especie es de sus áreas de reproducción, teniéndose pocos conocimientos sobre sus áreas de alimentación y aún menos sobre sus rutas migratorias, foco en el cual se centra el proyecto de Fundación Cethus, que a su vez dará instrucciones a las autoridades de Miramar para que el avistaje turístico no malogre la estadía de la Franca Austral en sus costas.