Pese al reclamo de organizaciones ambientalistas, la flota pesquera japonesa de Japón acaba de finalizar la temporada con 177 ballenas muertas en el Pacífico Norte. Los tres buques habían partido en junio y lograron capturar 43 ballenas Minke 143 rorcuales boreales.
Esta situación ha provocado las críticas y la indignación de la comunidad internacional; sin embargo, el gobierno japonés se defiende argumentando que el objetivo de la captura es contribuir a la gestión de los recursos marítimos a partir del análisis del contenido de sus estómagos, de acuerdo a lo señalado por la Agencia de Pesca Japonesa.
Las críticas apuntan a que esta lamentable situación se trataría de pesca comercial encubierta pues la carne de los ejemplares estudiados es vendida posteriormente.
En 2014, el país asiático debió cancelar su programa antártico luego de la orden emanada de la Corte Internacional de Justicia que cuestionó los fines científicos detrás de la cacería de ballenas.
Sin embargo, la nación retomó esta polémica y repudiable tradición un año después luego de anunciar que reduciría el número de ejemplares muertos.