Jonathan, la tortuga más vieja del mundo que cumplió 190 años

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En la remota isla de Santa Elena, a casi 2.000 kilómetros de toda costa, vive la tortuga gigante Jonathan, que acaba de cumplir 190 años y se convierte en la más longeva que jamás haya existido. Así lo indica el Guinness World Records (GWR), que la cataloga como el quelonio -en esta categoría entran tortugas acuáticas y terrestres, y es el reptil más antiguo que existe- más viejo en la historia.

Se considera que nació alrededor de 1832 y que fue regalada a William Grey-Wilson, quien viajó de Seychelles a la isla de Santa Elena en 1882, convirtiéndose más adelante en gobernador. En los años siguientes un total de 31 gobernadores fueron entrando y saliendo de la inaccesible isla del Atlántico.

Según comenta Matt Joshua, jefe de turismo de Santa Elena, nadie conoce la edad exacta de esta tortuga, por lo que podría llegar a tener 200 años. El isleño informó que “Jonathan en realidad podría tener 200 años porque la información sobre su llegada a la isla no es exacta y porque no hay un registro real de su nacimiento”.

Aparecieron fotografías muy antiguas de Jonathan, tomadas entre 1882 y 1886, en las que podemos ver una tortuga ya adulta paseando por el jardín de la residencia del gobernador de Santa Elena, Plantation House, que es donde ha vivido casi la totalidad de su vida. Resulta impresionante pensar en cómo cambió la humanidad desde que Jonathan nació y lo poco que esto ha afectado a su rutina: el mundo de Jonathan sigue consistiendo en comer, dormir y reproducirse.

El anterior récord de la tortuga más longeva fue el de Tu’i Malila, una tortuga radiada -una especie endémica de Madagascar- que se calcula que vivió alrededor de 188 años, tan solo dos menos que Jonathan, muriendo en 1965. El explorador británico James Cook obsequió a la familia real de Tonga con Tu’i Malila alrededor del año 1777.

Como consecuencia de la vejez tras sus casi dos siglos de vida, Jonathan es ciego y no tiene olfato, por lo que es alimentado con la mano por sus cuidadores. Sin embargo, responde cuando le llama Joe Hollins, su veterinario, y su audición sigue intacta, según informa el Guinness World Records (GWR). Hollins asegura que a pesar de los estragos de la edad, Jonathan mantiene mucha energía.

“En los días templados, toma el sol, su largo cuello y piernas se estiran completamente fuera de su caparazón para absorber el calor y transferirlo a su centro“, explicaba el veterinario a GWR. Cuando se trata de un clima más frío, esta tortuga se entierra “en el moho de las hojas o en los recortes de césped y permanece allí todo el día”.

Jonathan comparte hábitat con David, Emma y Fred, otras tres tortugas gigantes. “A pesar de su edad, Jonathan todavía tiene una buena libido y se le ve frecuentemente apareándose con Emma y, a veces, con Fred. ¡Los animales a menudo no son particularmente sensibles al género!”, añadía su veterinario. Su dieta favorita está compuesta por repollo, zanahoria, pepino, manzana y otras muchas frutas.

En esta isla remota, ubicada a más de 1.800 km de las costas de Angola, la tortuga Jonathan es conocida por todos, como un famoso más. “Hay generaciones y generaciones de pobladores de Santa Elena, también conocidos como santos, que tienen fotos de la abuela con él cuando era niño. Él es muy querido y la gente lo cuida”, comentaba Matt Joshua sobre Jonathan.

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